martes, 29 de julio de 2008

FILÓSOFO ARGENTINO ATACA A BLOGS Y A FERIAS DE LIBROS



El conocido filósofo argentino José Pablo Feinmann ("La astucia de la razón", "El cadáver imposible", "El mandato", etc.) se manda un vitriólico rollo contra cierto tipos de blogs y bloggeros que no saben escribir (se entiende también, pensar, razonar, debatir, etc.), a los que algún jefe de información "les daría una patada en el culo" (Feinmann dixit). De pasadita también se manda unas verdades (que se pueden aplicar aquí también) contra la feria del libro argentina (donde aunque sea se lea a Paulo Coelho). Y es que no hay mucha diferencia con nuestra alicaída y percudida feria, salvo que aquí de yapa hay que escuchar a los fenilcetonúricos Gianmarco o a Cecilia Barraza. Antes de dejarlos con el vídeo, quisiera apuntar que es raro encontrar en la net a alguien que diga la verdad, generalmente hay una raza de cobardes y tinterillos (mitómanos hasta el tuétano) que se tragan sus palabras con el excrementicio fin de estar bien con todo el mundo y obtener ganancias accesorias ("transa, engaña y avanza").
Felizmente todavía hay filósofos con capacidad de respuesta.

lunes, 28 de julio de 2008

PERÚ: QUO VADIS, DOMINE




Feliz día señores, país de sirvientes, esclavos y ganapanes que le lamen las escaras a los verdugos, enganchaesclavos y explotadores.
Feliz día a los que creen en los acuciosos mensajes presidenciales, a los que saltan en un pie ante las cifras fraguadas del INEI que nada dicen de lo que pasa en la realidad.
Feliz día a los que creen que el país se reduce una bandera manchada de esperma o la menstruación vaginítica de una bataclana.
Feliz día a los artistas y escritores, pobres diablos, que le escriben y le cantan al país de sus sueños, pero no al país sobre el que posan sus pezuñas.
Feliz día a los que creen en la falsa “libertad” y la seudo “democracia” que de nada sirven a un país que se debate entre la esclavitud y la ignorancia supina.
Feliz día a los señores intelectuales que babean sobre el monitor y creen que pueden controlar y “definir” al mundo por medio de los teclados.
Feliz día a los izquierdistas de salón que hablan y discuten sobre Mariátegui. Vallejo, Javier Heraud, etc., y se rasgan las vestiduras, se quedan mudos y escondidos en sus casas cuando se habla de paros, huelgas o capacidad de respuesta ante la opresión.
Feliz día a los que lucen orondos sus escarapelas y que amarraron muy de temprano ese trapo que guardan vergonzosos en su cuarto de estropajos y enseres inservibles.
Feliz día señores patrioteros, farsantes y turiferarios; algún día, más temprano que tarde, la verdad los alcanzará, entonces nos veremos a las caras y se le tendrá que devolver el país a sus verdaderos dueños.



(Arriba. Pensé postear “Flor de Retama”, canción del catedrático Ricardo Dolorier, quien la compuso en 1969 cuando los sinchis fueron a debelar un levantamiento popular por una ley que anulaba la gratuidad de la enseñanza; pero pensándolo bien, no es acaso Gianmarco, ese imbécil que le cantó a Bush, la mejor imagen para estas “felices fiestas patrias”; sobre todo cuando se le ve cantando en un quechua nice “Adios Pueblo de Ayacucho” en el Lincoln Theatre de Washington DC, USA., esa dolida canción por la que muchos ayacuchanos apedrearían o lincharían a cualquier impostor o felipillo mediático)

sábado, 26 de julio de 2008

SOBRE EL LIBERALISMO: NUEVA RESPUESTA DE HÉCTOR ÑAUPARI A RAFAEL INOCENTE




En la última respuesta de Rafael Inocente había una preocupación lingüística (que en cierto modo debía afectar el proceso de pensamiento de su interlocutor). Ñaupari retorna al origen de la polémica y plantea un liberalismo sui generis y pone a Inocente al borde de la mitomanía.
En relación a los últimos comentarios, aviso que borraré los insultos o diatriabas de carácter gratuito, salvo que estos estén justicados o tengan algún tipo creíble de argumento. Aquí la carta completa:

Lima, 25 de Julio de 2008

Me exhorta Rafael Inocente a responder a sus dos preguntas centrales sobre la ambivalencia y fundamentalismo del liberalismo, lo que hago oportunamente. Sostiene Inocente que el liberalismo es “ambivalente por no presentar como problemática la relación de los derechos políticos e individuales por un lado, y los derechos económicos de la propiedad privada, por el otro”, completando su argumento señalando que “a través de su historia, los liberales del siglo XIX mostraron que eran siempre menos importantes la libertad de expresión y el Estado de derecho que la defensa de la propiedad privada y por tanto, el establecimiento”.

Digamos de entrada que la tesis de Inocente encierra una trampa. Se pretende que el liberalismo afirme que hay una “problemática” entre los derechos fundamentales y políticos y el derecho de propiedad. Como el liberalismo no lo afirma, entonces, es “ambivalente”. La trampa es que esa posición es en realidad una vieja tesis socialista que busca descalificar el derecho de propiedad, otorgándole un carácter de conflicto o problema respecto de otros derechos, y disminuyendo su condición de derecho humano fundamental. Si el liberalismo no puede sostener una posición que no es suya, sino del socialismo, entonces no puede ser “ambivalente”.

El verdadero problema es que la tesis expuesta por Inocente no resiste el menor análisis. El derecho de propiedad es considerado un derecho humano universal y fundamental, igual a todos los demás derechos esenciales y políticos, en Constituciones, Tratados Internacionales de Derechos Humanos, Cartas Constitutivas de Organismos Internacionales, y un largo etcétera. Inocente omite deliberadamente que hoy China y Cuba, países comunistas por donde se les mire, reconocen esa condición al derecho de propiedad.

Por otra parte, si hay un punto en que todos los países firmantes de sus constituciones y tratados están de acuerdo al respecto es que, siendo el derecho a la vida la fuente de todos los derechos, significa la libertad de llevar a cabo todas aquellas acciones que requiere una persona para sustentar, mantener y realizar en plenitud su propia vida. Por lo tanto, el derecho de propiedad es la única forma de implementarlo. Empieza con el derecho al propio cuerpo y el pensamiento. De allí que otros derechos fundamentales a los que alude Inocente compartan el rasgo del derecho de propiedad: la libre opinión, la libre expresión, el voto libre, la libre asociación, etcétera. La doctrina jurídica universal acepta que el derecho de propiedad no es el derecho a un objeto sino a la acción y a las consecuencias para producir o ganar ese objeto. No es una garantía de que un hombre obtendrá una propiedad, sino únicamente una garantía de que será suya si la gana. De no existir este derecho, por ejemplo, Inocente no podría reclamarse propietario de la novela que ha escrito con su propio esfuerzo, o del sueldo que gane, o de las regalías que legítimamente le corresponden si su creación se convierte en un film ú obra de teatro.

¿Supone esto reconocer que estamos en el mejor de los mundos? De ninguna manera. Pensar que el liberalismo es indiferente a la pobreza, la miseria, el racismo, la corrupción y la desigualdad es una afrenta a la inteligencia y a la sensibilidad de sus exponentes y difusores. De hecho hay numerosa literatura liberal que abona en ese plano y busca encontrar soluciones a esos males desde el Estado, la asistencia social, la redistribución privada de la riqueza y un largo etcétera. Por ello, Inocente es víctima de lo mismo que acusa: así como denuncia que nos hemos apropiado del término “libertad”, los socialistas se han apropiado de la “igualdad” y la “solidaridad”, conceptos que son y deben ser universales, lo mismo que la libertad. Quizás una tarea provechosa para ambos sería que Inocente y este escriba desarrollemos estos conceptos desde nuestras particulares perspectivas. Lo invito a hacerlo. De repente así es posible darle una salida útil a este interesante debate.

Sostener que la defensa del liberalismo supone no criticar a otros así llamados “liberales” defensores de dictaduras o de la nefasta guerra de Irak refleja, simplemente, que tales críticas no se han leído. Václav Havel, Mario Vargas Llosa, Octavio Paz, Federico Jiménez Losantos, Jean François Revel y muchísimos otros han criticado duramente a aquellos liberales que sólo ven la perspectiva económica, han servido dictaduras o una intervención ilegal. Comprendo que Inocente, hombre cultivado al fin, y escritor muy decoroso, no haya tenido acceso a esos artículos (el silencio de los autores liberales en el Perú podría ser tema de otro debate) lo mismo que quienes, con identidades supuestas, pseudónimos y anónimos insultan, tampoco. Por un mínimo de honestidad intelectual, se deberían leer esos argumentos y sacar sus propias conclusiones. No digo con esto que cambien de opinión, pues no soy un fundamentalista como se me acusa, dado que creo firmemente que toda persona tiene derecho a cambiar o mantenerse en sus convicciones, y defenderé hasta la muerte el derecho de esas personas a expresarlas. Ése es el concepto de tolerancia que los auténticos liberales tenemos (como el padre de Nabokov, diputado ruso liberal, que murió defendiendo en el Parlamento la vida de un opositor suyo socialista, de ser asesinado) y que muchos socialistas no pueden ni quieren admitir.

De hecho, el liberalismo es una ideología abierta y en permanente cambio y revisión de sus tesis. No considera traidores ni revisionistas a quienes tienen, dentro del liberalismo, una posición discrepante, como si lo ha hecho el socialismo, con su vasta historia de capillas y cenáculos. Tampoco sostiene que los autores socialistas sean el mal. De hecho, una atenta lectura a las críticas al socialismo desde el liberalismo se ha fundamentado siempre en tesis científicas, y con mucho respeto, desde Valor y precio de producción, Camino de Servidumbre (obra dedicada a los socialistas de todos los partidos), Ni Marx ni Jesús, ¿Será liberadora?, La fatal arrogancia, Los marxismos imaginarios, Los marxistas, El libro negro del comunismo y un largísimo etcétera. Parte importante de la respuesta socialista, por el contrario, ha sido una cadena interminable de insultos: burgueses, imperialistas, corruptos, defensores de dictaduras, neoliberales, fundamentalistas, ambivalentes. Como hoy los insultos que he recibido simplemente por exponer mis ideas y que se pueden leer aquí, sin la valentía de poner sus nombres o dar las caras. El fundamentalismo, entonces, tiene otro rostro: el del anonimato. En su crítica al liberalismo, a diferencia de los otros, Inocente es valiente y lo felicito por ello.

Por otro lado, argüir que hay relación ambigua entre el liberalismo y la democracia es pasar por alto la verdad histórica que el liberalismo fue la ideología sobre la cual se instituyó la democracia moderna en el mundo, lo mismo que los gobiernos limitados, los parlamentos y las constituciones. Además, el liberalismo fue y es la columna vertebral sobre la cual la democracia ha evolucionado hasta hoy. Y todo esto más de 100 años antes que el socialismo se diera a conocer al mundo. Esto lo reconocen hasta los más acérrimos críticos del liberalismo.

Debo concluir señalado lamentablemente que la afirmación de Inocente sobre Hayek es una mentira. En su visita a Chile en 1981, sostuvo que el experimento económico pinochetista “es un error (y se inspira sobre bases) falsas”. Al respecto, ver la entrevista que dio al diario El Mercurio el 19 de abril de ese año. Todos sus biógrafos sostienen que fue perseguido por los nacionalsocialistas, lo que le forzó a huir a Inglaterra antes de la segunda conflagración mundial. Además, denunció a los fascismos en su obra de 1944 Camino de Servidumbre. Luego llamarlo fascista es faltar a la verdad.

Confío finalmente que podamos darle una perspectiva útil a este debate.

Atentamente

Héctor Ñaupari

(Arriba: un mendigo, nuevo ciudadano del neoliberalismo)


El científico y biólogo de origen italiano, Giuliano Vecco, me envía este artículo en torno a la bataclana Daysi Suárez y su felíz cabalgata sobre la bandera peruana. En torno a los juicios que se vienen, Terra informa de la siguiente manera:

Puntual y con una amplia sonrisa, Leysi Suárez se hizo presente esta mañana en la Segunda Fiscalía Penal de Lima para responder sobre el presunto delito de posar sobre el pabellón nacional. “Quisiera hacer un llamado a las personas que se sintieron en algún momento ofendidas por alguna publicación… Yo amo al Perú”, precisó Leysi después de tres horas y veinte minutos de interrogatorio de la fiscal.

Aquí el artículo titulado: La Dama y el Tartamudo:


El orgullo criollo, esa falacia risible inventada por las clases dominantes, ha sido remecido en un solo día por dos acontecimientos: el estrepitoso moqueguazo y la rotunda goleada por 6 a 0 propinada al borrachiento equipo de fútbol que ostenta la blanquirroja hoy dulcemente humedecida por las savias de Leysi Suárez.

Estos dos acontecimientos —el moqueguazo y la goleada— han sumido en la más profunda crisis existencial al establecimiento criollo y son tema de análisis de científicos sociales y otros sesudos y tembleques humanistas por quienes guardo poco respeto. Un tercero, una hermosa potranca mestiza y calata montada sobre un sufrido caballo, es motivo de escándalo y denuncias penales. Veamos, la imagen de una hermosa chola desnuda acoplada sobre un caballo, es en sí misma, una figura de desobediencia y conquista de masas, es un subliminal mensaje globalizador en pleno auge neoliberal, como bien observa César Hildebrandt. Este estremecimiento que han ocasionado tres sucesos aparentemente desvinculados, ha sido tan fuerte que hasta uno de los más notables miembros de la intelectualidad criolla, el poeta, columnista principal de Perú 21/El Comercio y coordinador de la especialidad de periodismo de La Católica, Abelardo Sánchez León (El Tartamudo), se ha visto obligado a reconocer anteladamente que "…quizá sea tiempo de considerar que la bandera del arco iris puede reemplazar a la blanquirroja, símbolo oficial de la gente criolla como yo, concebida a espaldas de la población indígena que no ha sentido suya la independencia…" (Banderas detrás de la niebla, El Comercio, 18 de junio del 2008)

Esta evidencia palmaria del resquebrajamiento moral del pro-extranjero criollismo peruano, y nada menos que desde su prensa misma, desde el buque insignia del clan familiar Miró Quesada y más aún en pluma de uno de sus intelectuales más notables, es por demás sintomático.

Por otro lado, en esta última semana dos sucesos más han remecido a la opinión pública. El circo montado por los delincuentes Carlos Torres Caro (tránsfuga político, maleante en ciernes y novel paparazzo filmador de la cuchipanda en un viaje a Brasil en el que participó el congresista Velásquez Quesquén), el pillo pseudonacionalista Gustavo Espinoza (autor de un proyecto de ley para amnistiar a Antauro Humala y Alberto Kenya Fujimori), amistados dizque por Velásquez Quesquén, alias La Chola Quesquén (corrupto congresista candidato por el APRA a la Presidencia del Congreso). Pero no contaban con la astucia del retorcido Gustavo Espinoza, este jíbaro con terno (con perdón de los jíbaros), alumno aplicado de la rata Montesinos, filmó a todos en su miseria al mejor estilo de su maestro. Entonces, la contundencia de este vídeo tiene el efecto de una potentísima enzima, si las palabras con las que el cholo infecto Torres Caro insta a su colega moral Espinoza, no hacen madurar a la fuerza al pueblo peruano, pues la calateada de Leysi merece flores, aplausos y poemas. Leamos la arenga del infecto Torres Caro al jíbaro Espinoza: "Aquí es el bienestar de nosotros primero, eso es lo primero, antes que trabajar por el país tiene que estar el bienestar tuyo".

Y ahora viene lo rico, el día de hoy el señor Ministro de Defensa, Antero Florez-Araoz (sí, el mismo que dijo "qué saben las llamas del TLC") ha dispuesto que los fiscales ignorantes inicien una investigación preliminar de oficio a Leysi Suárez por supuesto "ultraje" a un símbolo patrio. Además, la graciosa ministra de Justicia, Rosario Fernández ha afirmado que "posar desnuda sobre el pabellón nacional linda con lo ilícito".

Realmente hay que tener una concha de vieja tortuga galápagos para hacer semejantes afirmaciones y rasgarse las vestiduras, actitud comprensible tal vez en una anciana beata, pero en un viejo pajero y carcamán como el Ministro de Defensa... vésteconc…!

Entonces, el singular poeta Abelardo Sánchez León tiene razón cuando se pregunta, esclarecido él, "¿Podemos vivir con dos banderas? ¿A cuál de ellas le debemos lealtad, afecto, reconocimiento? ¿La blanquirroja es para un tipo de peruano y la del arco iris para otro? No conozco país que tenga dos banderas. Quizá la bandera del Tahuantinsuyo sea un símbolo transnacional y reúna toda aquella área que se asume como heredera de un antiguo imperio, unida por profundos lazos culturales".

Un país (qué digo país, corral, establo, chiquero) como el Perú, en donde a sola firma se han perdido, donado, cedido más de 300 mil kilómetros cuadrados de territorio a través de tratados diplomáticos firmados por maricones de la Academia Diplomática, no es un país que merezca ostentar siquiera una bandera. Un país que ha cedido a Chile aire, tierra, mar y hembras no es un país que merezca cantar el somos libres. Porque en este país de mentirillas todo es falso: comenzando por el sucio dios de los cristianos impuesto a sangre y fuego hasta la bandera bicolor con la que Leysi se ha enjugado la fuente de jade, pasando por el escudo, el himno y las fiestas patrias.

Un país cuya economía está totalmente extranjerizada y particularmente chilenizada, no es un país cuyas clases dominantes deban arañarse ante la audacia de una hermosa bailarina mestiza y cachonda que se cubre la papa con un trapo bicolor mil veces pisoteado por las clases dominantes.

Un país que construye el tercer piso del fujimorato (el segundo lo hizo Toledo) sobre montañas de cadáveres y desnutridos crónicos, un país que implementa medidas neoliberales que ni siquiera EU o Francia osarían implementar, un país que farsantea juzgando a Montesinos pero que da vivas a la Vladiconstitución espúrea, un país que firma TLCs sin más criterio que el que dicta Torres Caro (primero son mis negocios, luego los de la patria), debería aplaudir y dar vivas a Leysi Suárez.

Incoherencia total y absoluta: ¿no que ya no habían naciones, por tanto, tampoco banderas? ¿no que no había fronteras, por tanto, tampoco ejércitos ni nacionalismos? Hipócritas y mil veces hipócritas. Nacionalistas de cartón piedra. Yo le pregunto al carcamán y cobarde Ministro de Defensa, ¿oye pezuñento, cuántas pajas te has hecho pensando en la hermosa potranca que hoy condenas? ¿No que son cristianos y que quien esté libre de culpa tire la primera piedra?

El estado de amariconamiento generalizado de la sociedad peruana, particularmente la descomposición política/empresarial/militar clama ahora en voces de sus turiferarios por la condena y apedreamiento público de las camaradas cortesanas, cuando ellas les han restregado en plena cara la ruindad de su sistema neoliberal, con una ironía tan fina que tal vez ni ellas mismas son conscientes de lo sublime del mensaje globalizador que ofrecen posando desnudas sobre un trapo bicolor enmierdado mil veces por las fuerzas armadas, los empresarios, políticos, jueces, curas y demás delincuentes de saco y corbata.

Resulta muy deplorable, por otro lado, ver a muchos izquierdistas y feministas rabiosas emitiendo su opinión sobre este tema bajo la hipócrita moral pequeño-burguesa clasemediera de centro izquierda hoy llamada progresista (bajo el paradigma positivista-eurocentrista y anglosajón) y que nada tiene que ver con la mejor tradición socialista auténtica y revolucionaria. Digo clasemediera porque la gran mayoría de quienes condenan la calateada de la camarada Leisy Suárez bandera en chucha no son capaces de condenar la abyección en que ha caído el Perú por obra y gracia del liberalismo autoritario que gobierna este corral desde hace 20 años, pues esta pseudoclase mimética denominada media por lo peor de la sociología burguesa es un amasijo de gente inestable, sin verdadera ideología pues la que tienen viene impuesta desde arriba, desde sus patrones.

Hace unos meses la compañía de teléfonos celulares Claro (Méjico) bombardeó todo el territorio del Perú con un slogan que además pintaba en gigantescos murales al ingreso de las principales ciudades de la patria: TODO EL PERÚ ES TERRITORIO CLARO. ¿Alguno de estos fariseos condenó acaso a Claro por usurpar el nombre de la nación de manera tan descarada y mercantil? La cadena de farmacias chilena INKAFARMA utiliza el nombre de la cultura que nos ha parido para así lucrar engatusando al cholerío y nadie tampoco dice nada. Y podríamos seguir con mil ejemplos más, pero sería inútil.

Sus cerebros cucufatos y caducos no comprenden que exhibir o mostrar el cuerpo del mismo modo que muchos deportistas, modelos, actores y actrices venderían el suyo en numerosas escenas fingidas o no de sexo están al mismo nivel de la camarada bailarina cuando ofrece generosamente su carnalidad voluptuosa y bien peruana sobre alazán maltrecho, que eso es lo que en realidad irrita a los hipócritas que la condenan, que lo del pabellón patrio es sólo un recurso para justificar su pacatería provinciana mientras rematan la patria al mejor postor y si es chileno con más ganas.

Desde esta tribuna pública y democrática hago mi llamamiento a la solidaridad socialista para el reconocimiento de las bailarinas, vedettes, prostitutas, putos y afines, como trabajadores y contribuyentes a la riqueza nacional con el añadido de ser generadores de gratificantes e intensas horas de placer y relajo. Insto también al original poeta y columnista de los reputados diarios Perú 21 y El Comercio a actualizar el visionario artículo titulado Banderas detrás de la niebla, tomando en cuenta los últimos sucesos acaecidos en nuestra patria.


(Arriba: extraño híbrido)

miércoles, 23 de julio de 2008

RECONTRARÉPLICA Y CORRECCIONES DE RAFAEL INOCENTE A HÉCTOR ÑAUPARI



En la anterior misiva de Héctor Ñaupari, este enfocó parte de su ilustrada respuesta (sobre la problemática cubana) en corregir cierto desdén lingüístico en Rafael Inocente. Al parecer, el debate está tomando otro color (¿golpes bajos? no lo creo, simples mediciones tácticas). El novelista de "La Ciudad de los Culpables" me envía esta carta abocada en corregir el mal uso de la palabra "infringir" (craso error de Ñaupari) en vez de "inflingir" que, al parecer, tampoco sería el correcto verbo en infinitivo. Sin mayores explicaciones, dejo esta interesante aclaración. Nos vemos en la zona de comentarios.


«Unos a otros se matan sin compasión,
Mamacha de las Mercedes
¿Qué es lo que pasa aquí?»
-Mamacha de las Mercedes, huayno ayacuchano-


Estimado doctor Ñaupari, cálmese que no le hace bien a su presión ni a su trajinado corazón valiente.



Toqué carne, doctor Ñaupari. Usted pierde el control fácilmente.



Usted afirma sentirse desalentado, es decir, abatido. Siento desilusionarle, doctor Ñaupari, pero en un momento histórico como el actual, cuando todo socialismo realmente existente se ha hundido o descompuesto ante el peso de la realidad y cuando se reafirma el orden capitalista en el mundo con el auge del liberalismo y cuando la ultraderecha arremete en contra ya no sólo del marxismo, si no de todo movimiento de liberación nacional, popular, indigenista, minoritario (tal vez como el de los cubanos sometidos por una privilegiada gerontocracia), sumarme al corro de áulicos que danzan macabramente sobre la tumba de millones de seres humanos que, esos sí, lucharon por la libertad de sus pueblos y naciones, sería miserable. Afirma usted que "justo cuando parece posible que los socialistas peruanos construirán, por fin, un socialismo renovador, inspirado, fuerte, que mire al futuro sin los corsés ideológicos que tanto daño les han hecho". ¿Qué le hace aseverar algo tan temerario, Héctor Ñaupari? Conversar no es transigir. Dialogar no es pactar ni mucho menos conciliar, doctor Ñaupari. En estos tiempos de hegemonía casi universal del pensamiento único liberal, la ultraderecha saborea sus pírricos triunfos con un sectarismo arrogante, pues se han atribuido para sí el uso del sagrado concepto de la libertad y usted es uno de los comensales en este festín de muerte, pero esa seguridad que usted tiene al afirmarse de manera tan categórica en su teología liberal resulta sospechosa. Porque en el fondo está, al igual que sus compañeros de ruta, inseguro de su recetario de cocina, pues a ojos vista el mundo se canibaliza y se rompe en un norte y un sur absolutos y excluyentes, la propia Europa, la vieja, decadente y decrépita Europa, tan querida y admirada por ustedes, está desorientada y sometida al Imperio de las Grasas Saturadas que se pudre en fascismo y tiembla ante la incapacidad de sus estructuras para garantizar un orden interno debiendo recurrir a medidas retrógradas como expulsar a los inmigrantes pobres del mundo, pues tal vez pronto deba recurrir a la receta violentista de Hayek, ya se les acabó la imaginación liberal para seguir contando cuentos a ignorantes y sus santones son cada vez menos creativos.



Me acusa usted orondamente de ser culpable de NUEVE MIL MUERTES, NADA MENOS. Me acusa de formular mentiras, caer en contradicciones, confusiones terminológicas y, oh, maestro, faltas gramaticales.



Comenzaré por lo último, las faltas gramaticales y le enrostraré sólo un par para que no se avergüence. Apenas empecé a leer su misiva, tropecé con dos groseros errores, tal vez comprensibles en un técnico o un ingeniero dedicado a otros quehaceres, pero imperdonables en un ABOGADO, HOMBRE DE LETRAS y autor de varios libros, abanderado por lo demás de la causa liberal en tierras andinas.



Dice usted que "la percepción de Inocente sobre Cuba está sepultada debajo de los nueve mil cadáveres que han INFRINGIDO Fidel y Raúl Castro a su propio país (…). Confunde usted toscamente los términos, doctor Ñaupari. Infringir (del latín frangere, romper) es quebrantar, violar, vulnerar, transgredir y mejor no sigo, porque el castellano es ocioso. Tal vez quiso decir INFLINGIR, y se le fue la R por la L. Pero tampoco es así, doctor Ñaupari, pues INFLINGIR significa delinquir, incumplir, contravenir, prevaricar, inferir (verbos todos muy relacionados al lumpenempresariado que medra en países en donde se ha instaurado el liberalismo). Y aunque en teoría ese verbo no existe, no forma parte del sistema del idioma castellano y no aparece en los diccionarios que tanto le gustan, pensaré que usted desea innovar el idioma en un acto de legítima rebeldía, pues si lo hizo el poeta comunista César Vallejo, ¿por qué no lo podría hacer el poeta liberal Héctor Ñaupari? A ver, a ver, entonces adivinaré. Lo que usted tal vez quiso decir, pero ignoraba el término castellano es INFLIGIR (del latín fligere, golpear) en su acepción de ocasionar (daño), motivar, causar. ¿O me equivoco, ilustre doctor Ñaupari? Entonces usted quiso decir que Fidel y su pandilla INFLIGIERON nueve mil muertos al pueblo cubano. No se lo discuto, probablemente así sea, más aún si lo dice el polémico Archivo de Cuba. Lo que resulta inaceptable e indignante es que usted, en un arranque de ira de estirpe rivagüeriana (¿o quizá tal vez rivahuayriana?) quiera achacarme la complicidad de esas nueve mil muertes. Usted adolece, doctor Ñaupari, no solamente de severa incomprensión de lectura, además sufre de ceguera política y logomaquia, pues en ningún momento de mi misiva yo he hecho afirmación tan precipitada, es más en ninguna línea de mi carta, hay una defensa obcecada de la gerontocracia que gobierna todavía la isla, como si lo hace usted enceguecido ante los males que ha causado a la humanidad su privativa teología neoliberal.



Doctor Ñaupari, usted que es un hombre con mentalidad jurídica, debería saber que no es lo mismo posesión que propiedad, que no es lo mismo cometer un acto que comentarlo, debería en suma ser más cuidadoso al momento de escribir sus pensamientos y no acusar tan suelto de huesos y señalar con el dedito acusador, culpable, pues soy inocente de aquello que usted me imputa en su rabieta liberal, inocente desde mis tatarabuelos, desde el primer Inocente que pisó tierras americanas, huyendo de la pobreza en una continente festinado por los poderosos que hoy se reciclan bajo nuevos velos y cooptan mentes brillantes pero débiles de jóvenes audaces pertenecientes históricamente a las etnias sojuzgadas después de la invasión europea.



Segundo error grosero, lo cito: "esa avalancha de muertos insepultos SEÑALAN a Inocente como culpable y cómplice de sus asesinatos (…)", cuando la avalancha debería ser la que me señale, no los muertos, el plural está demás. Podría seguir, pero no quiero aburrirle, lo tomaré como algo anecdótico al igual que su particular lectura de las citas de Hobsbawn que usted hace, sin antes haber leído con detenimiento y mesura el párrafo que origina dichas citas. Lea con calma, doctor Ñaupari y luego recurra a las enciclopedias y excomulgue y condene.



Pero lo más increíble, doctor Ñaupari, es que no responde usted a ninguna de mis preguntas centrales. El liberalismo es AMBIVALENTE porque tiene un doble discurso refrendado en la práctica (no voy a explicárselo nuevamente, no hay peor ciego que quien no quiere ver, le he citado a Hayek, podría citarle a Friedman, a Hobbes, pero seguirá igual) y es FUNDAMENTALISTA porque su discurso está compuesto por una polaridad de conceptos en donde uno representa lo positivo y la verdad, y el otro lo negativo y la falsedad. De allí el encono con el que usted condena mi misiva, acusándome de ser cómplice de asesinos, criminal y casi terrorista, pues para ustedes quienes no compartimos su discurso trasnochado y teologal somos seres malignos y nuestra malignidad justifica el uso de la violencia en contra nuestra. Ya le cité a Hayek y usted con una ceguera asombrosa se niega a reconocer el fascismo de su admirado político economista, se niega a reconocer que calló en siete idiomas frente al régimen delincuencial de Pinochet como callaron otros liberales frente al fascismo nazi, su condena supuesta fue tibia y en la práctica lo apoyó en todo, al igual que Mario Vargas que cuando pudo alzar su voz por los oprimidos del Perú (caso Uchuraccay) prefirió callarse, echarle la culpa de tan horrendo crimen a la "sociedad entera" por "el aislamiento en que tenía a los indios" y eyectar el vergonzoso informe conocido como Informe Uchuraccay, exculpando a los infantes de Marina que instigaban a los comuneros ("los amigos vienen por el aire, los enemigos vienen por tierra", ¿se acuerda, doctor Ñaupari? Como ahora, ni más ni menos). Esos son los liberales que usted admira y defiende doctor Ñaupari.



Usted me pregunta, ¿qué se siente tener las manos manchadas de sangre cubana? Yo le devuelvo la pregunta, ¿qué se siente llevar en la conciencia el peso de los millones de muertos, enfermos, lisiados, desaparecidos y explotados que ha causado una ideología FUNDAMENTALISTA, una teología que santifica a la diosa libremercado, una teología criminal sea en su vertiente liberal o totalitario-fascista? ¿Por qué, esa teología que usted defiende ardorosamente, no ha implementado políticas en países poderosos como EU, Francia, Inglaterra, Alemania o Japón y si se ha instalado de manera irrestricta en África, América, Europa del Este y Asia con los desastrosos resultados conocidos por todos? ¿Es que acaso no es verdad que estas dictaduras demoliberales se implementaron en estos lugares por la presión de los organismos internacionales (no pago de la deuda externa), la sumisión absoluta de las élites políticas y el silencio cómplice de los intelectuales de estas sociedades periféricas? ¿O usted sería tan necio como para atribuir el crecimiento económico de Japón, China, India y el sudeste asiático al modelo liberal?



Es una curiosa ironía que la teología liberal (al igual que la marxista) elaborada por Mises, Hayek, Friedman y otros, para las naciones industriales se haya convertido en la teoría económica y en gran medida, un modelo político para países "periféricos" de los que tal vez ellos apenas si sabían de su existencia. Cito a J. Stiglitz: "Por ejemplo, la privatización del seguro social no puede avanzar políticamente dentro de Estados Unidos, sin embargo, ésta es una exigencia para países como Argentina. También el caso de la liberalización comercial: a los países del tercer mundo se les demanda que eliminen sus subsidios, mientras que en Estados Unidos, Alemania y Francia los subsidios para el sector agrario y el acero se mantienen o se incrementan. El fundamentalismo del mercado se promueve en el tercer mundo, el mismo que jamás se intentaría en Estados Unidos y otros países desarrollados. Esto es nada menos que una agenda política que se promueve".

Esa es la dura realidad, estimado doctor Ñaupari, en EU y los principales países de Europa, la aplicación del liberalismo ha sido limitada, a pesar de la existencia de diversos gobiernos conservadores. Aquella supuesta validez universal de la teología que defiende, es totalmente falsa. Las naciones y los pueblos —todavía—tienen historia, cultura y tradiciones y el determinismo economicista del liberalismo apuesta a que todos los países están destinados a adoptar el mismo sistema económico y por tanto las mismas instituciones políticas. Instituciones tan nefastas para la humanidad como el Fondo Monetario Internacional están sustentadas por esta teología fundamentalista y para muchos pareciera que nada puede impedir que el mundo se convierta en un inmenso mercado libre en donde quien nada vende ni nada compra es poco menos que un paria, un condenado, un huaccha. Ese es el verdadero RACISMO IDEOLÓGICO del que usted debería despercudirse cuanto antes, porque éste es además un prejuicio etnocentrista que usted, ilustre descendiente de los Ñaupas y los valientes tallanes Belupú, Sirlupú, Macalupú y Lalupú que combatieron junto a los comuneros de Chalaco para expulsar al invasor chileno, al igual que ellos debiera usted combatir por su verdadera libertad y asumir con hidalguía y entereza que el capitalismo INFRINGE (ahora sí, INFRINGE) daño y comete etnocidio, eliminando a las culturas nacionales (llamados ahora, "pueblos originarios"), culturas que considera prescindibles en su implacable lógica mercantil, pueblos considerados como subhumanos y no aptos para la construcción de la sociedad "libre", descalificados para la vida en las condiciones de la ideología y la política liberal-democráticas.



El único criterio de verdad es la práctica y coincido con usted en que ella, la

verdad, no admite ceguera alguna. La ciega racionalidad económica de los liberales es contagiosa y creo que usted es sobre todo poeta.



Cordial, pero firmemente



Rafael Inocente

martes, 22 de julio de 2008

¿SICALÍPTICO?




1.-BAILARINA POSA DESNUDA SOBRE BANDERA BICOLOR

Muchos se han escandalizado de esta foto, sobre todo, porque según los entendidos, voyeurs, fronterizos y acuciosos señores, los genitales de la damisela posan “directamente” sobre la bandera bicolor (¿!). El abogado Luis Tudela reclama horrorizado: “Como peruano me siento avergonzado, total y absolutamente agredido, pero como abogado tengo que tragarme la cólera y admitir que no cometió ningún delito y todo porque nuestras leyes son muy flojas al respecto”. Asimismo, la congresista Cenaida Uribe ha pedido cárcel para la osada bailarina porque esta acción “ofende” la moral de los peruanos.
Estas respuestas me hacen pensar en que, definitivamente, vivimos en una sociedad hipócrita, pacata y llena de vicios privados; pero, eso sí, virtudes totalmente públicas.
El otro lado de la medalla es el hecho que Leysy Suárez, la desnudista con poses de equitación, sólo está usando la bandera nacional para hacerse un poco de publicidad. Me pregunto yo y qué pasaría si la eventual jinetera estuviera con su periodo o con algún problema hormonal. Podríamos acusar a alguien de manchar una tela (¿y qué es una bandera fuera del real contexto de "Nación", "Patria", "Estado"?) que –derrepente- para muchos ya no significa nada. Horror Vacui.

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2.- ¿UN PAR DE PIERNAS?

Maritza Espinoza, columnista de “La República” ha publicado el día de hoy un artículo bastante polémico (al menos para las mujeres) sobre “Lucesita”, la solitaria estrella colombiana de ese canal de televisión inventado en la estafa: R.B.C.
¿Qué es lo que hace Lucesita? Se pregunta la columnista y luego de una retahíla de preguntas, concluye: nada, sólo tiene un par de “buenas” piernas (la parte que valora al todo). Interesante artículo, por ratos pareciera que desbordara una envidia insana. Me pregunto qué pasaría si el artículo, en cuestión, hubiera sido escrito por un hombre.

Aquí el artículo titulado inequívocamente “Piernas poderosas”:

Las piernas de Lucecita ya son leyenda. No hay programa en que se presente ni entrevista que dé donde el tema central no sean esas dos llamativas prolongaciones de su anatomía. Y es que, más allá de ellas, la simpática colombiana no ha mostrado mayores talentos hasta hoy. ¿Lucecita canta? No. ¿Lucecita baila? No. ¿Lucecita conduce extraordinariamente bien? Tampoco, tampoco. ¿Lucecita entrevista? Menos. ¿Lucecita tiene un gran carisma, un discurso estructurado, una chispa desbordante? Mmm, no. ¡Pero tiene unas pierrrnas!
Lo curioso es que esa limitación de toda su humanidad a un bien trabajado par de extremidades parece no incomodar en absoluto a la colombiana, que lo mismo atraca los acosos mañosones de algunos de los personajes de Carlos Álvarez, como ser toqueteada por una Gisela Valcárcel que el sábado parecía entrar en éxtasis de sólo tocarla.
Lo único cierto es que Lucecita podrá organizar marchas que bloqueen todo Miraflores (algo que parece que ya sus imponentes tentáculos pueden hacer cualquier tarde) o erigirse en el paradigma de la nacionalidad colombiana en el Perú, pero es seguro que no la veremos jamás en una concentración feminista. Que se revuelvan Simone de Beauvoir y Gloria Steinem en sus tumbas, pero esta chica no se incomoda para nada con no ser nada más que un par de piernas. Ni parece necesitar más. Casi un siglo de lucha para que las mujeres seamos tomadas en cuenta por algo más que nuestro físico, y Lucecita viene y lo desbarata todo de una patada... de su imponente par de piernas.

NUEVA RESPUESTA DE ÑAUPARI A RAFAEL INOCENTE



El funcionario público y poeta, Héctor Ñaupari, me envía esta re-respuesta a Rafael Inocente. El tono de esta carta se ve alterado por cuestionamientos mayores que, espero, puedan despejarse pronto. En salud de una polémica honesta entre dos adversarios ideológicos, me sigo reservando mis opiniones. Aquí la misiva:


Lima, 22 de julio de 2008

Debo confesar que la última respuesta de Rafael Inocente me llena de desaliento. Justo cuando parece posible que los socialistas peruanos construirán, por fin, un socialismo renovador, inspirado, fuerte, que mire al futuro sin los corsés ideológicos que tanto daño les han hecho, aparecen escritos como éstos, ahogados en tantas mentiras, contradicciones, confusiones terminológicas y faltas gramaticales, que no dejan un mínimo atisbo para la esperanza.

Digamos, primero, que la percepción de Inocente sobre Cuba está sepultada debajo de los nueve mil cadáveres que han infringido Fidel y Raúl Castro a su propio país, de acuerdo con Archivo Cuba , la CVR de la isla. Esa avalancha de muertos insepultos señalan a Inocente como culpable y cómplice de sus asesinatos, pues su misiva lo vuelve un defensor del sistema castrista. Es muy difícil que no hierva la sangre de indignación cuando algún despistado se llena el ego escribiendo sobre “la lucha heroica del pueblo cubano” y le niega responsabilidad a la dictadura en más de cuatro mil fusilamientos y sobre mil muertes en prisiones y centros de detención.

Pregunto, ¿qué se siente tener las manos manchadas de la sangre de inocentes ejecutados extrajudicialmente, incluyendo niños, intentando huir de Cuba por mar o buscando refugio en embajadas? En ese Moloch ensangrentado de la hoz y el martillo son sacrificados líderes religiosos así como mujeres embarazadas, asesinadas en el presidio político. En estos Barrios Altos y Cantutas cubanas se mata en nombre del socialismo y sus cómplices no persiguen histéricamente a su autor intelectual por el mundo. No: lo ponen en un altar. Lo llaman héroe, padre, salvador de la patria, el nuevo David. Ni siquiera el Grupo Colina es capaz de eso. Inocente y los defensores del castrismo sí.

De acuerdo con Amnistía Internacional, a la que nadie ha acusado de “neoliberal”, a fines del 2007 unas 40 personas seguían condenadas a muerte en Cuba. 62 prisioneros políticos seguían en prisión. En un juicio sumario celebrado en abril de ese año, la Corte Municipal de Unión de Reyes condenó a José Oscar Sánchez Madan a cuatro años de cárcel por “peligrosidad social”. El juicio tuvo lugar sólo cuatro horas después de su detención, y a ningún familiar se le informó de su celebración ni se le permitió participar en él. José Oscar Sánchez Madan era uno de los portavoces del disidente Movimiento Independiente Opción Alternativa. Ése es un botón de muestra de la justicia que Inocente y los de su tendencia quieren para el Perú. No es extraño pues, que en sus versiones más extremas, los socialistas peruanos recurrieran al terror, los coches bombas y los secuestros para imponerse.

Señalemos que toda la información mencionada hasta aquí es pública y accesible. Sin embargo, para los castristas peruanos es parte de la campaña contra su régimen. Ya sabemos, los socialistas sólo ven la paja en el ojo derecho y nunca la viga en el ojo izquierdo. No cambiarán. Y más todavía, como Edipo al descubrir la verdad, Inocente y los suyos prefieren sacarse los ojos antes que reconocer lo evidente. Veamos.

En su apresurada misiva, Inocente comete graves yerros históricos y contradicciones. Afirmar temerariamente que el crecimiento numérico del proletariado industrial era desbordante debido a la ruina y el empobrecimiento de la sociedad agraria feudal es no haber leído al propio Karl Marx ni a Eric Hobsbawn . Éste último, historiador marxista, sostiene que el crecimiento del proletariado se debió al capitalismo, y que incluso “entre 1853 y 1855 la importante subida en el precio de los cereales (el principal elemento en la bolsa de la compra) ya no produjo disturbios de gente hambrienta en ninguna parte [...] Los muchos puestos de trabajo y la disposición a conceder elevaciones temporales del sueldo donde era necesario, mellaron el filo del descontento popular” .

Sostener sin fundamento alguno que “a través de su historia, los liberales del siglo XIX mostraron que eran siempre menos importantes la libertad de expresión y el Estado de derecho que la defensa de la propiedad privada” es no haber leído nada de la historia del siglo XIX, donde el ya citado Hobsbawn indicó que “las antiguas cuestiones de la política liberal se hallaban de nuevo en el temario: la unificación nacional italiana y alemana, la reforma constitucional, las libertades civiles, etcétera” en pleno desarrollo capitalista, concluyendo que “la política revivió en un período de expansión (la del capitalismo del siglo XIX), pero dejó de ser la política de la revolución” . A pesar de esto, que el celo ideológico de la izquierda peruana la lleve a contradecir a sus propios historiadores, no es algo nuevo. Los socialistas se han caracterizado siempre por negar lo que antes afirmaban, y acusar hoy de traidor a quien ayer era la representación viva de su doctrina.

Lo que sí tiene gracia es denominar al liberalismo ambivalente y fundamentalista al mismo tiempo. Son términos contradictorios entre sí. Si bien las frases de cliché aplicadas al liberalismo son, como el escritor marginal en el Perú, una figura agotada y sin contenido, que a nadie dice nada, esto ya es el colmo. Revise, por favor, señor Inocente, el Diccionario de la Lengua Española: ambivalente es la condición de lo que se presta a dos interpretaciones opuestas. Fundamentalista caracteriza a la exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina . Ningún fenómeno complejo –como una ideología– puede serlo hasta violar el principio lógico de no contradicción. Y decir que el liberalismo es ambivalente por no presentar como problemática la relación de los derechos políticos e individuales por un lado, y los derechos económicos de la propiedad privada, por el otro, es ignorar lo que el liberalismo promueve. El liberalismo siempre ha hablado de una sola libertad, y de su concepto integral, siendo iguales libertades civiles, económicas, jurídicas y todas las demás. Revise El Manifiesto Libertario de Murray Rorthbard y lea antes de criticar.

Finalmente, sorprende a Inocente que se defienda con ardor el liberalismo. Le replico que si uno no defiende con ardor sus ideas no tiene derecho a ser llamado un hombre. Lo que no puede hacer es defenderlas sin criterio, resistiéndose a la evidencia de la historia, sin una pizca de honestidad intelectual, como cuando afirma con gran cinismo que Friedman y Hayek justificaron el golpe en Chile, cuando lo criticaron, o que los liberales no denunciamos los crímenes del grupo Colina, ignorando que Mario Vargas Llosa y muchos otros los denunciamos desde el primer momento , y no él. La verdad no admite ceguera alguna. En nombre de ella, guardo para mí la esperanza que el socialismo peruano pueda librarse de ese racismo ideológico que lo ciega y le impide volverse el movimiento moderno, capaz y transformador que el Perú necesita. A ese esfuerzo, y no en la defensa de siniestras dictaduras caribeñas, deberían dedicar sus energías. Cuenten conmigo para lograrlo.

Atentamente,


Héctor Ñaupari

1 www.archivocuba.org es la base de datos electrónica de las víctimas de la revolución cubana. Aunque cubre todos los espectros políticos, se destacan la magnitud, severidad y naturaleza sistemática de los crímenes del liderazgo comunista cubano y se pone de manifiesto su largo y profundo desprecio por la vida humana.
2 Hobsbawn, Eric. El Gran Boom. Capítulo 2. Fuente: Documento sobre clase obrera y política.
3 Hobsbawn, Eric. Op. Cit.

4 Hobsbawn, Eric. Op. Cit.
5 Diccionario de la Lengua Española. Vigésima segunda edición 2001, Tomo I, Madrid, España, páginas 135 y 1099.
6 Sólo tiene que revisar el libro Desafíos a la Libertad de Mario Vargas Llosa.

domingo, 20 de julio de 2008

"LA RETÓRICA DE LA LIBERTAD", RESPUESTA DE RAFAEL INOCENTE A HÉCTOR ÑAUPARI



En uso del llamado "derecho a réplica", Rafael Inocente, me hace llegar la siguiente carta dirigida a Héctor Ñaupari. Espero que este intercambio de misivas no sulfate la amistad entre el novelista (biólogo) y el poeta (abogado) y, más bien, lo dialógico ayude a encontrar afinidades y nuevas luces de lo que es la libertad y lo que debería ser en un país de verdadera democracia. En cuanto a Cuba (país del cual tengo un extenso ensayo titulado "Cuba 666"), me reservo mi apreciación.
Aquí el texto reactivo:

Respuesta al poeta Héctor Ñaupari: la retórica de la libertad


"El capitalismo es perfectamente compatible con la esclavitud, la democracia no"

El futuro del capitalismo

L. Thurow

Bien, Héctor. Espero que este intercambio epistolar no se torne en un diálogo de sordos. Ensayaré una respuesta que probablemente no logre modificar su particular percepción acerca de Cuba, pero si cuestionar el ardor con el cual defiende sus ideales liberales.

Mal de muchos, consuelo de tontos, solían repetir nuestros abuelos para referir aquella malhadada costumbre de mirar la paja en el ojo ajeno y no ver la suya propia. Pues bien, al aludir a la desigualdad, la explotación y la corrupción que se ha enseñoreado en nuestra patria en estos casi 20 años de gobiernos asesorados por liberales de toda laya, no fue mi intención justificar lo que sucede con el pueblo de Cuba, una nación soberana condenada a un proceso de demolición lento, agresivo y doloroso por el País de las Grasas Saturadas en el Cerebro. Una condena que sí se hizo efectiva con la República de Haití, aquella que se atrevió a proclamar la Primera República Negra en el Nuevo Mundo a inicios del s. XIX, después de derrotar a la fuerza de elite enviada por el Imperio napoleónico, que invadió su territorio con el único fin de restaurar la esclavitud, masacrar a buena parte de su pueblo e intentar liquidar a la dirección militar y política de aquella revolución. Nunca se lo perdonaron y hoy Haití es un despojo de nación que los poderosos usan como lección a todo aquél pueblo que elija el camino de la libertad, esa libertad por la que usted se bate ahora con furor uterino.

El mito de la inferioridad de la raza negra largamente incubado por los defensores de pseudociencias como la antropometría y la frenología fue derribado de una patada en el poto por el fantasma indoblegable del general Toussaint Louverture, traicionado y muerto luego en una cárcel francesa. Hay que volver una y otra vez sobre estas páginas heroicas de la lucha de los pueblos del mundo, porque en la actualidad aún hay mucho que meditar alrededor de ella. Aquella fue una lección de lucha anticolonialista y antiesclavista sin par, similar a la que da ahora el pueblo cubano.

Es que, Héctor, no se trata de que el liberalismo sea injustamente comprendido, pues ese liberalismo que le reconforta y que le sirve de punto de apoyo para cuestionar la intromisión del estado en las libertades civiles del pueblo caribeño, es un sistema ideológico ambivalente, que usted ha optado por representar garbosamente en tierras andinas. ¿Y por qué digo ambivalente? Podría usar un término más duro, pero me he prometido a mí mismo intentar ser diplomático. Simplemente no logro comprender, estimado Héctor, cómo siendo usted un hombre de mundo, poeta culto, esclarecido y consciente de la villanía de las clases dominantes persista en la obcecada defensa de un orden contrario a cualquier tipo de libertad e insostenible desde cualquier punto de vista, sea económico, sea ecológico, sea ético o social. Y es que la crítica que usted realiza en su artículo al gobierno de Cuba y la conmoción que afirma sentir ante las carestías, represión y corrupción en tierras cubanas deberían además conducirle a severa reflexión acerca de los mismos males en lugares del mundo en donde el liberalismo ha sentado sus reales con tanta o mayor fuerza que el gobierno en Cuba.

Cuba es de alguna forma lo que Haití fue a las batallas de ideas que se dieron por aquél entonces entre el feudalismo decadente y el capitalismo, en las épocas aurorales de su fase industrial. El triunfo de una revolución negra en pleno Caribe, una revolución antiesclavista exitosa que atizó las discusiones acaloradas a la luz de un capitalismo industrial naciente, generó bandos encontrados. En aquellas épocas emergían nuevas clases económico-sociales dotadas de un gran poder intelectual resultado de la Ilustración: por un lado, el desarrollo pujante de las ideas liberales de la burguesía concretadas en las dos grandes revoluciones burguesas, la de las 13 colonias inglesas y la francesa, y por el otro, rechazo al capitalismo y crítica a la sociedad burguesa dieciochesca por parte de una intelectualidad identificada con las tesis más avanzadas del socialismo y la resistencia de un proletariado industrial cuyo crecimiento numérico era desbordante debido a la ruina y el empobrecimiento de la sociedad agraria feudal.

¿Por qué reseño todo esto? Porque Cuba es más allá de sus problemas, un símbolo, es el punto de quiebre de las discusiones entre liberales y lo que usted graciosamente denomina progresía intelectual, cenáculo selecto que todavía no me cursa invitación alguna. Pero más allá de carestías y progresías, Cuba es su gente, esa gente real que vive, lucha, sufre y ama.

Alguna vez me preguntó, estimado Héctor, ¿Y qué sería de aquél pueblo cubano, culto, educado, políglota y generoso si en vez de la tenebrosa gerontocracia que la gobierna, disfrutase de democracia? ¿Qué sería Cuba en democracia?

¿Pero qué tipo de democracia, estimado "Jéctor"? ¿Qué democracia?

Vuelvo aquí a lo que dije párrafos arriba. El liberalismo es una teoría económica y de acción política fundamentalista y ante todo, ambivalente. Ambivalente por no presentar como problemática la relación de los derechos políticos e individuales por un lado, y los derechos económicos de la propiedad privada, por el otro. Históricamente, la alianza de democracia y liberalismo, ha sido absolutamente ambigua. En el siglo XIX, cuando la política liberal tuvo su apogeo, los tres principios coherentes que caracterizan esta ideología fueron la libertad de expresión, el imperio de la ley y principalmente, el derecho de propiedad privada, junto con la libre competencia económica. A través de su historia, los liberales del siglo XIX mostraron que eran siempre menos importantes la libertad de expresión y el Estado de derecho que la defensa de la propiedad privada y por tanto, el establecimiento. Pero el comportamiento del liberalismo con la democracia no fue disociado solamente en el siglo XIX. La racionalidad económica con la que se han obnubilado la mayoría de liberales, los torna defensores de lo más retrógrado del ser humano: basta descorrer el velo para darse cuenta que bajo aquellos tules de seda se esconde una retórica de la libertad que no admite otra adjetivación de la naturaleza humana que no sea la económica. Cuando Hayek, y lo cito literalmente, dijo "Qué tengamos que ver con la justicia social es sencillamente una superstición del tipo de las que, por respeto a la paz, podemos admitir en la medida que ello hace felices a sus partidarios, pero contra lo que debemos luchar cuando esos principios pretendan ser impuestos a otros hombres. La creencia predominante en la justicia social de la actualidad es naturalmente la mayor amenaza a los demás valores de una civilización libre" (Hayek, 1981: Recht, Gesetzgebung und Freiheit, Bd. 2, Landsberg am Lech: 98)", el tío no estaba bromeando. Poco después agrupados bajo la Sociedad del Monte Peregrino parieron esa brillante treta llamada economía social de mercado, financiados por grandes corporaciones norteamericanas y gigantescas transnacionales. Pues bien, ese liberalismo autoritario, fundamentalista y dramáticamente inculto es el que ha calado en estas tierras, sea bajo el rostro amable de la economía social de mercado o el siniestro de los monetaristas que sostuvieron las sangrientas dictaduras latinoamericanas (Argentina, Chile, Uruguay y Perú).

En el año 1973, cuando el status quo se vio en peligro en Chile toda la fraseología pseudolibertaria de Hayek se fue al carajo. Si la realización de la libertad natural sin violencia alguna era el objetivo acariciado por los liberales, la hipocresía de sus principios quedó demostrada de manera sangrienta y criminal. Si la ejecución del proyecto neoliberal en sí mismo era puesto en peligro, este principio se vulneraba fácilmente. Se debía de proceder en forma absolutamente dogmática y pragmática. Y esa es una innegable lección de la historia, Héctor, algo sobre lo que yo quisiera una explicación desde su insaciable y profundo deseo liberalista. Porque el golpe de estado en Chile, preparado y financiado por la CIA, contó con el apoyo expreso de economistas liberales, entre ellos Hayek. Y porque en el Chile pinochetista no existió (amigos chilenos me cuentan que hasta hoy no existe y la valiente acción de la adolescente Música Sepúlveda dice mucho de una sociedad terriblemente clasista y acomplejada) durante mucho tiempo libertad de expresión, estado de derecho, libertades civiles ni nada que se le parezca, al igual que en el Perú de la época fujimorista. El experimento político-económico que significó para el pueblo chileno la puesta en práctica por primera vez, bajo el asesoramiento de un liberal como Milton Friedman, es hoy por hoy un peligro latente para la paz en América del Sur pero sobre todo para el Perú, pues la política económica liberal y autoritaria se expande cada vez más peligrosamente a nuestra patria con la complicidad de la clase política y el beneplácito de intelectuales que critican candorosamente las injusticias en Cuba, pero no son capaces de reparar en la desigualdad económica y social que han producido gobiernos (democracias o dictaduras) asesorados por liberales de todo pelaje.

Repito, estimado Héctor, usted como librepensador debería coincidir, cuando se ha tratado de defender alguno de los tres postulados básicos del liberalismo, a saber, la libertad de expresión, el estado de derecho y el derecho a la propiedad privada, el liberalismo siempre ha optado abierta y sospechosamente por esta última.

Por ello me sorprende su sincera y ardorosa defensa de los derechos del pueblo cubano, es usted un admirador de Hayek muy atípico, pues a este señor le importaban un pepino las libertades individuales cuando de cuidar el bolsillo de los poderosos se trataba, allí si era práctico y ortodoxo para recurrir al golpe de estado y a la violencia de clase en contra de quienes osaban subvertir el orden establecido. No, no reaccione así, estimado "Jéctor" que no voy a caer en el simplismo de igualar a Hayek con Pinocho. Al primero le bastaba el mercado. Al segundo, como a muchos otros de su misma calaña, le bastaron las armas. En rigor, a ambos les sobraron la democracia y aquél valor tan caro a ustedes los liberales y a nosotros, los libertarios, la libertad.

En momentos en que termino de pergeñar estas líneas se celebra en el distrito de Miraflores una Marcha/Fiesta por la Paz en solidaridad con las víctimas de la violencia en el hermano país de Colombia, la que está siendo cubierta desde todos los ángulos por las televisoras sobre todo por el ángulo que mejor ofrece Luz Marina Zevallos. Por otro lado, en la mañana de hoy se enterraron los restos de las víctimas de la matanza de La Cantuta después de 16 años de haber sido secuestrados, torturados, quemados y asesinados por el Grupo Colina durante el régimen dictatorial liberal de Alberto Kenya Fujimori (1990-200), crimen atroz respecto al cual los liberales jamás se pronunciaron (¿o me equivoco, Héctor?). El entierro ha ocurrido en medio de incidentes provocados por las exigencias absurdas de un funcionario de la Beneficencia Pública a los deudos de los estudiantes asesinados, originados a su vez por la ausencia de ciertos documentos (autorizaciones y trámites legales para la inhumación de los restos de los estudiantes asesinados) que debió haber entregado a tiempo el Ministerio de Justicia. Esta afrenta final a la memoria de los universitarios asesinados con autorización de las más altas jerarquías militares y civiles para escarmentar al pueblo combatiente es también una afrenta a la memoria de las decenas de miles de desaparecidos durante la guerra fratricida que ensangrentó nuestra patria, como también es una afrenta para el pueblo consciente esa farsa de juicio en donde el pobre diablo Vladimiro Montesinos zarandea a jueces pusilánimes e ignorantes como le viene en gana. ¿Dónde pues el estado de derecho, las libertades individuales y civiles, el que todos somos iguales ante la ley?

Pero vamos, Héctor, hoy tocarán en la Fiesta por La Paz los engreídos de Montesinos, Losnosequienylosnosecuantos, el Grupo Kaliente de Iquitos y varias orquestas colombianas y ya que usted es el autodenominado Yaipén de la poesía peruana, divertido Héctor, creo que me daré una vuelta por el Parque Salazar para mover las caderas al ritmo de Shakira, Juanes y otros preclaros exponentes del nuevo arte colocho, que recordar muertos antiguos es tarea ociosa de los que han hecho del duelo una forma de vida.


Siempre suyo,

Rafael Inocente



(Arriba: aviso aparecido en página Web de Miami)

viernes, 18 de julio de 2008

CHAFA CHAVE CHARÓN (PÉSIMOS Y TENDENCIOSOS COMENTARIOS)



Últimamente he recibido comentarios y correos acusándome de antijudío, de xenófobo, de racista, misógino y homófobo (¿?). Debo admitir que no sufro alodoxafobia (miedo a emitir opinión) y si algún tipo de temor me aqueja, pues este está relacionado con las combis y al tráfico desastroso de esta ciudad de Lima (bombardeada por la desidia gobiernista con el apoyo de los alcaldes mermeleros y otros organismos que han visto negocio donde debería haber vocación de servicio). No sé a qué tipo de comentaristas con evidentes cuadros psicopáticos o con algún servomecanismo animal se le ha ocurrido que yo odio (misos) a todo el mundo o que quiero “derrocar” y destruir a un conocido blogger, a quien respeto a pesar de sus posturas ideológicas que no comparto para nada. E incluso me han inventado que asistí a una cita clandestina y con café y cigarros de por medio ¿?, para empezar no tomo café, ni fumo hace años; y, sobre todo, no suelo transar con nadie, creo estar libre de cualquier tipo de coacción, y mis respetos hacia el mundo no está basado en prejuicios de credo raza o posición social o académica. No tengo “aliados estratégicos” (me piden nombres, nombres y apellidos, algún mote, algún indicio, alguna clave, etc., ¿es acaso necesario? ¿Por qué no se esfuerzan un poco más?, además son muy pocos, casi contados con los dedos de una mano, los bloggers que merecen mi atención y mi respeto, el resto conforman la recua ordeñada por la sed de información periodística o por datos librescos para lectores poco aprovechados).
La literatura es más que la consignación de libros, revistas, autores (quizás también es eso, pero siempre puede ser un poco más de lo que se cree), es un debate permanente, un lugar de conflictos inevitables, de pugnas verdaderas y, por supuesto, de imaginación, mucha imaginación, lectura y trabajo.
Es lamentable que estos agitadores de mercados, llamadores de combis, dateros de esquina, candeleros de peleas callejeras, comentaristas fronterizos o hidrocefálicos (¿necesitarán su válvula de Pudens?) estén inventando caracteres que no corresponden a mi personalidad; entiendo que detrás de ello estén tratando de generar conflictos extraliterarios, atmósferas enrarecidas de beligerancia, odios y disputas por un podio virtual (una fama, un lugarcito, un “nicho” virtual) que a mí, en lo particular, no me interesa {esos rankings o carrera de burros sólo miden cantidades mensurables, pero a los que no se les puede aplicar diferenciaciones (¿podrán los “cálculos diferenciales” diferenciar, valga la redundancia, 100 comentaristas de bajo CI, de otros que no lo son?) cumplen con medir el tamaño de las masas, en el sentido de Ortega y Gasset, pero no pueden medir la “masa” cerebral, ni descubrir quién es quien, ni cuál es la “calidad” real de los que se acercan a tu blog (¿alguien puede confiar en los comentarios donde muchos se esfuerzan en vomitar lo mejor que pueden? y todavía se esfuerzan en “jalar” datos de precisión de google). Esto último sólo se puede lograr con test de estudios, con disciplinas más severas y más profundas que las estadísticas (por cierto, algunos no lo consideran ciencia, al menos si no va aliado a la estadística de diseño)}
Espero que esto no se vea como una disculpa (no creo ser tan prosaico, mucho menos rastrero), sino como una aclaración necesaria, puesto que la búsqueda de la verdad -aunque suene misticón- es uno de mis mayores desafíos, aparte de los continuos dilemas en torno a las lecturas de interés y de la escritura misma. De otro lado, no creo que sea necesario explicar por qué no guardo mayores odios, ni rencores; en todo caso puedo “odiar” los “pecados”, pero no al “pecador”, puedo “detestar” posturas ridículas, pensamientos retrógrados, teorías contranaturales; pero eso no me ubica en una situación de “enemigo”, al menos no en el sentido belicista (con AKM y con chaleco antibalas) en que algunos quisieran que me ubique. Ojalá que esos espíritus larvarios que quieren crear inquinas, antipatías, ojerizas innecesarias se preocupen más en aportar al debate, y no valerse de él para satisfacer deseos (sexuales o digestivos) insatisfechos y/o reprimidos. La compulsión de esto último puede llevar a severas frustraciones y a la anulación de la libido (climaterio y menopausia prematura) o a una trombosis digestiva, trayendo funestas conclusiones y, sobre todo, mal humor y pésimos comentarios dignos de una letrina pública.

(Arriba: Boris Karloff en plena transformación de hombre en monstruo)

jueves, 17 de julio de 2008

CARTA (¿VETADA?) DE HÉCTOR ÑAUPARI



Acabo de llegar de un viaje corto y (al abrir mi correo) me encuentro con la respuesta, casi inmediata, de Héctor Ñaupari a Rafael Inocente. No sé de quién es la queja que aparece en “Luz de Limbo” sobre un posible “veto” ¿? Creo que hay una agilidad por sindicar a los antidemocráticos, en todo caso sirva la presente para alentar la amistad crítica y el comportamiento alturado, donde la búsqueda de la verdad y la razón estén por encima de intereses suntuarios; asimismo, sirva la aclaración para apuntar que no es este blog el primero en recibir la carta de Inocente, y, según me cuenta él mismo, la carta fue dirigida primero a otros blogs donde no halló mayores respuestas.

Sin mayores comentarios dejo aquí la carta del polémico Héctor Ñaupari:


Estimado Rafael,

En primer lugar, mis saludos. Felicito lo que considero un gran avance, de parte de un sector de la progresía intelectual que usted integra, reconocer que Cuba no era el paraíso terrenal que habían defendido con tanto ardor durante tantos años y, aunque ya en una significativa minoría, todavía defienden.

Lo que sí debo aclarar de entrada era que, en mi visita a Cuba, no iba a esperar encontrar esa “Familia Ingalls caribeña” a la que alude. Sólo el inmenso peso de la evidencia informada hasta el agotamiento por sectores e instituciones progresistas como Amnistía Internacional, denunciando las incontables violaciones a los derechos humanos cometidos por la dictadura cubana me parece suficiente para, uniéndolo a lo que ví y padecí en mi estancia en la isla, diera cuenta de este testimonio: un país del que no se puede salir, no se puede leer lo que uno quiera, no se puede expresar libremente, no se puede trabajar libremente, no se puede ser dueño de lo que se gana, en el que no se puede caminar por sus calles, sus playas, y en el que todos se suponen delatores, no es un país que mereciera tal nombre.

En tal caso, si usted considerara dignos y elevados los principios del socialismo, tendría por fuerza que coincidir conmigo que esta terrible situación no se asemeja, ni por asomo, al socialismo en el que usted cree con convicción. De hecho, en mis conversaciones con los cubanos socialistas en la isla, era evidente que no poder comer, ni tener un techo que protegerlos del aguacero, ni una medicina, no tenía nada que ver con el socialismo que defienden.

En lo que sí debo discrepar con usted es que se pretenda confundir una realidad como la peruana con la cubana. Los males de los demás no alivian los propios. Tampoco, a fuerza de hacerlos semejantes, los males nuestros se convierten mágicamente en más llevaderos. Los males de los cubanos, por ende, no se hacen buenos ni se atenúan sólo por contrastarlos con los nuestros. Y es que estábamos hablando de la situación de Cuba. Por difíciles que sean nuestras propias circunstancias y vicisitudes, en la medida en que no nos sean conculcados nuestros derechos, podemos superar esos problemas. En una dictadura, como seguramente sabrá por su experiencia y sus lecturas, eso no es posible.

Terminando, déjeme decirle que no guardo ninguna nostalgia por el régimen de Fulgencio Batista, al cual se ha terminando pareciendo tanto esta dictadura castrista. La idea de una democracia cubana, con libertad y con igualdad, con oportunidades y bienestar, no tiene porque ser incompatible con las metas a las que ambos aspiramos, pues a pesar de parecer opuestas, no lo son tanto, si son bien analizadas. Un librepensador debería entender esto, ¿no le parece?

Para concluir, ¿Para qué juego? Para la libertad. La de los cubanos. La de nosotros. ¿Para quién juego? Para todo aquél que quiera ser libre, y pensar libremente, parecido o diferente a mí, como por ejemplo usted, pues a pesar de tener ideas distintas defenderé siempre su derecho de expresarlas.

Atentamente

Héctor Ñaupari

miércoles, 16 de julio de 2008

"BREVE CARTA A HÉCTOR ÑAUPARI" POR RAFAEL INOCENTE



El novelista Rafael Inocente me ha alcanzado un texto contrario a la visión liberal y mercadista de Héctor Ñaupari (“Rosa de los Vientos”, "En los sótanos del crepúsculo"), quien por estos días está presentando un nuevo libro de ensayos titulado “Libertad Para Todos” ¿!
Este texto de Inocente se opone a la apreciación de “peso escurrido”, galvanizado y vulcanizado al paso que habitualmente se da sobre Cuba.
No está demás apuntar que este administrador está contra el progerioso Fidel Castro, así como también a los encarnados en el que fue el tirano Fulgencio Batista. Antes de pasar al texto en cuestión quiero apuntar que este humilde blog no se encuentra enceguecido por ideología o dogma alguno, y siempre está abierto al debate, por lo que cualquier contra respuesta será recibido a bien.


Breve Carta a Héctor Ñaupari:

Estimado Héctor, en el 1986 César Luis Menotti arengó a los integrantes del equipo de fútbol argentino con la siguiente proclama:

El jugador de fútbol debe entender esto, que es básico para su vida: para qué juega y para quién juega. Es lo que debe preguntarse y responderse.

Desde hace años existe una corriente empecinada en demostrar que la isla de Cuba es poco menos que el infierno en la tierra y otra que alega que es el paraíso terrenal. Ninguna de los dos tiene la razón, creo yo.

Por la descripción que hace de la realidad cubana, Héctor, pareciera que usted esperaba encontrar a la Familia Ingalls retozando en el trópico caribeño.

Mi querido Héctor, no dudo de su honestidad ni de su liberalidad que de alguna forma también es la mía, pues la libertad no es privativa de los que ahora se proclaman sus abanderados, solamente quería decirle, Lima no se reduce a San Borja, Surco o La Molina, hay sus matices, estimado Héctor, hay sus matices. Sería interesante que se diese una vuelta por los asentamientos humanos de la Ciudad Enferma, que trepe a las combis asesinas repletas de zombis envilecidos por el reguetón y la puticumbia, que se introduzca en el mundo de los campesinos norteños perjudicados en su medioambiente por las mineras o en el de los pescadores artesanales sechuranos que cada año deben adentrarse más a la mar para pescar siempre menos, agárrese en fin, usted ya es urbano y citadino, a cabezazos con cualquier miembro de la ilustre policía nacional cuando le claven una ilegal multa electrónica en el Callao en complicidad con la Municipalidad que dejó Kouri.

Sería también interesante que se diese una vuelta por los burdeles y los burdeles solapas de cualquier ciudad de nuestra patria, Héctor, que el puterío con consentimiento familiar no es privativo de la heroica isla ni presupuesto anticipado de envilecimiento del alma: la de la carne no es la única forma de venderse, que hay otras peores, y si esto escandalizó su moral cuando visitó la isla, pues como le sugiero, visite usted los burdeles de nuestra patria en donde chicas de 15 tiernos años venden el culo por 10 nuevos soles (DIEZ NUEVOS SOLES) con la complicidad del municipio, la policía, los jueces y la propia familia que se hace de la vista gorda pues el padre es alcohólico y la madre, pues la madre está viendo la telenovela (o tal vez a Magaly o Gisella).

Creería más en su liberalidad, estimado "Jéctor", si así como escribe de una Cuba que percibe oprimida, sojuzgada y en donde el sólo hecho de pensar ya es sospechoso, digo, si así como escribe de esta Cuba que ha olisqueado superficialmente y unos cuantos días, casi sintiendo nostalgia por esa "ciudad de esplendores" que fue la Cuba de Fulgencio Batista, Santo Trafficante y Lucky Luciano, escribiese también algo breve, como lo que dedica a Cuba, pero referente a la Nación que rebosa de Grasa Saturada en el Cerebro.

Entonces respondería esclarecido la arenga de Menotti:

El jugador de fútbol debe entender esto, que es básico para su vida: para qué juega y para quién juega.

Cordialmente,

Rafael Innocente

martes, 15 de julio de 2008

CHILE: ESTUDIANTE ECHA AGUA EN EL ROSTRO A MINISTRA DE EDUCACIÓN



Por fin, una estudiante, pudo expresar su rabia y frustración por el continuo maltrato (aparte de recibir una educación deficiente y manipulada) donde los manifestantes son repelidos violentamente por los carabineros quienes no escatiman en lanzarles gases tóxicos y agua contaminada. La estudiante chilena de nombre Música Sepúlveda y de sólo 14 años, expresó su inconformidad y la falta de atención a los requerimientos propios del estudiantado en Chile; y a la pregunta de si lo volvería a hacer, manifestó afirmativamente, aparte dejó claro que no es con ella con quien la Ministra tiene que disculparse, sino con los dirigentes estudiantiles y con sus demás compañeros.
Qué lejos estamos de eso en este país de ganapanes y turiferarios.
Ojalá esta conciencia (y no sólo me refiero al jarrón con agua, sino a las respuestas contundentes y a la defensa de la gratuidad de la enseñanza de Música Sepúlveda) se pudiera contagiar de alguna manera. Les dejo los vídeos.

Aquí abajo las razones de la estudiante:



MUSICA SEPULVEDA

lunes, 14 de julio de 2008

¿ATENTADO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN O MEZQUINDAD LITERARIA?



El vídeo anterior (que es la misma entrevista) sobre Doris Moromisato, colgado inicialmente en youtube ha tenido problemas, no sé si por un hacker o por los mismos señores de "Porta 9". Este vídeo ha sido jalado de una cuenta de Google. A propósito, le he enviado una misiva de consulta al señor Ángeles, la que copio aquí:
Señores de "Porta 9", quisiera saber la razón por la que se ha retirado el vídeo sobre la entrevista a Doris Moromisato
que jalé a través de youtube a mi respectivo blog. Entiendo las diferencias de posiciones, aún así me parece que si uno
cuelga un vídeo en un servidor abierto es para que se masifique y se difunda. Ustedes están en su derecho de permitir quien mire y quien no. Yo estoy en mi derecho de asumir esto como una marginación y como un atentado a la libertad de expresión.
A la espera de su respuesta. Atentamente


Rodolfo Ybarra

sábado, 12 de julio de 2008

LA CÁMARA FRIGORÍFICA DEL LIBRO (CFG)

(VÍDEO RETIRADO, ¿HACKEADO?, O ATROPELLO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN. LEER POST DE ARRIBA)



La cámara frigorífica del libro, así se debería llamar esta institución que ha usurpado el justo término y el buen título de una institución supuestamente dedicada a la difusión de la literatura y de la cultura en nuestro país, cuando en realidad se ha dedicado a desmerecer y lucrar con el “buen” nombre de los escritores y de las editoriales con intereses subalternos. Dicen que es una institución privada (¿no habrá alguien por ahí que lava su dinero o que quiere hacerse el cultoroso para encubrir alguna acción ilícita?), por eso hace lo que quiere y no le rinde cuentas a nadie, se empecina en creer que la cultura es esa comida para perros, ese vomitivo remedo de aullidos enajenados como Gianmarco Zignago (ver entrevista a D. Moromisato, el lado visible de este endriago) quien le cantó una canción de amor al delincuente Bush (y ahora último, como buen cortesano le sobó la barriga al Ubú Rey Alan García); o peor, cree que la vendida Cecilia Barraza o ese grupete de rockeros plagiadores de canciones desconocidas como “Zen” son de necesidad en una feria del libro (¿?), sólo falta que terminen invitando a Tongo, Abencia Meza, kike “suero” o al “Grupo 5”; quizás ellos “puedan llevar más gente” (que es lo que en realidad buscan) y representan más certeramente lo que es, en realidad, la cultura peruana.
A esta fría institución metálica y crematística no le basta con haber mudado su armatoste de circo europeo al Jockey Plaza, popular centro de reunión de la clase media ascendente, sino que, aparte de cobrar entrada (por más que sea un sol), se empecina en difundir escritores que viven de espaldas a la realidad peruana, escritores que arañan el cielo cuando hablan de libros de autoayuda o de “Zonas Erógenas”, escritores que se deleitan en la evasión de una realidad que le ha sabido premiar con migajas y con puestitos estratégicos en la faja de transmisión de la cultura peruana, y se flagelan y tasajean cuando le hablan de que hay escritores andinos o serranos, o cuando les dicen que hay una literatura asimétrica, una literatura del proceso de guerra que se vivió en este país (algunos, los más avezados, les gusta coger con la punta de los dedos estos temas para llenarse los bolsillos y crear seuda controversias cuyo mayor fin es inflar sus cuentas bancarias) .
Pero la gran falla de estas Cámara Frigorífica del Libro, como se está viendo ahora, siempre va a ser la promoción de editoriales jóvenes a quienes últimamente se ha encargado de ningunear por temor a la potencial competencia en que se están convirtiendo, no hay otra razón visible; el gran monstruo editorial, como en la ley de la selva, se come a los más pequeños. Peisa que es el pequeño monstruo, o el mediano, supuestamente encabeza esta lista de vetados, pero Peisa no es más que una editorial invitada al ALPE (Alianza Peruana de Editores) que está conformada por otras editoriales más pequeñas como Jaime Campodónico, Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Asociación Cultural Antares, Sarita Cartonera, Estruendomudo, Matalamanga, etc. Hay un asunto de costos y de precios que salta a la vista si comparamos libros de editoriales grandes con editoriales pequeñas, algunas de estas últimas han ofrecido libros desde diez soles, ahí la verdadera razón y el real juego que hay detrás de todo este veto. Competencia desleal le llaman los antropófagos editoriales.

De esta manera, esta Cámara (de llanta) se ha institucionalizado como tal (rodando y aplastando a la competencia) se ha convertido en un lugar de paseo para equinos escritores que trotan (igual que el año pasado) orondos por sus stands, y es que esta feria del libro ha salido para hacerle la competencia a esos circos con animales amaestrados y domadores de leones que llegan para el mes de julio, ya no hay diferencia. Y así, todavía, quieren igualarse a otras ferias del libro como las de Guadalajara (DM dixit), lo que se necesita es presionar a esta seuda institución de conducta errática que en función a la economía de mercado está dañando a los escritores del pueblo y a las editoriales marginales, potenciando a las grandes editoriales que trafican con el conocimiento, reproduciendo una cultura decadente que corresponde a una burguesía decadente y parasitaria.
Lo que se tiene que hacer es un boicot activo donde las editoriales marginadas y, sobre todo, los escritores deberían negarse a ir este antro que no respeta, ni siquiera, la libertad de competencia (si serán bestias estos) y se erige como una institución estéril, un elefante blanco, un entidad manejada por monos beduinos, por fronterizos con servoconductas que nada saben de sana competencia, de promociones editoriales, ni de libros. Lastimosamente algunos escritores con acondroplasía mental se han manifestado en contra de este veto, pero hacen la deferencia de que sí irán a los eventos programados. ¿Cuál es su protesta? Otra vez la hipocresía y el desdén de estos seudoescritores, ganapanes y mermeleros comportándose como cobardes y felipillos.
¿Alguien dará el verdadero ejemplo de cómo combatir a estos enemigos de la cultura?
Por lo menos se espera la voz de los escritores de arraigo y compromiso social, desde ya es de esperar el silencio de los escritores amarretes, los aculturados, los flatulentados por la economía de mercado, los letratenientes coactados por las grandes editoriales, los temerosos a perder el trabajo de reseñistas de libros, los acobardados y metidos o entornillados en algún puesto al servicio del establishment, los escritores a sueldo fijo que lloran en silencio y se niegan a ser destetados, o los que defecan generosamente sobre su propia moral y ética; en fin, ustedes saben de quienes hablo, la lista es grande.

(Arriba: una entrevista "alegre" y de humor involuntario).

jueves, 10 de julio de 2008

EL POLÍTICO CLEPTÓCRATA



Este animal político (dotado de pies hendidos y de cuatro ruidosos estómagos: panza, bonete, librillo y cuajar) no tiene bandera, ni ética; siempre dice “servir” al pueblo, cuando en realidad quiere servirse de él. Generalmente, usa su filuda lengua (remojada en excrementos, orines y otros detritus, y aleccionada en partiduchos vendepatrias, cortesanos y angurrientos que casi siempre son vulgares escuelas de rateros, carteristas y palomillas de ventana), para convencer, engañar y expoliar a las masas famélicas y hambrientas mantenidas en la ignorancia a viva fuerza (para eso están las “invencibles” y arrogantes FF.AA. y la “gloriosa” y corrupta PNP). Su sistema de castas y herencia de apellidos (en su mayoría, pacharacamente compuestos) lo ubican dentro de la más baja calaña en la seudoespeciación de “seres humanos”. A menudo suele usar un corte de pelo que llaman “decente” con un mechoncito adelante en la forma de los “emos”, corbata que le adorna la meteorizada panza (para darse ínfulas de importancia cuando en realidad es un pobre diablo) y un terno siempre de color azul, hecho a medida (de preferencia en corte inglés) con el que suele seducir a su secretaria (rubia exagerada de ralísimo C.I. que no sabe calcular la cantidad de peróxido de hidrógeno H2O2 que se echa en la cabeza) y dar declaraciones farsescas cuando lo entrevistan sobonamente (de forma pactada y vergonzante y con ayuda del telepronter) en la televisión estatal.
Este cerdo cleptócrata (con el perdón de los ilustres porcinos del camal de Yerbateros) nunca anda solo, su cobardía es tan grande que le teme a su sombra, a sus sirvientes, a su entorno familiar y desconfía de todo el mundo; ha mandado chuponear a sus mejores amigos y ha contratado a gente para que vigile a quienes lo vigilan y son su guardia pretoriana. Nunca duerme tranquilo, sus continuas estafas, mentiras, engaños y promesas sin cumplir, le remuerden la conciencia, le causan terribles pesadillas, insomnios quejumbrosos, (nunca llega al grado “delta” de sueño a las justas llega a “gamma”, y casi siempre rebuzna y rumia en “alfa” que no es sinónimo de relajo). Las palpitaciones y sudoraciones hacen temblar su mofleteada anatomía y tiene que tomar calmantes y ansiolíticos (cuando no algunos paquetitos de cocaína u otros derivados o drogas burguesas) para estar bien en la “entrevista del día” y las “declaraciones” a la prensa burguesa que le hace vulgares “fellatios” y lo orla con adjetivos cercanos a la heroicidad o a algún santón que obra milagros inexplicables, como las cifras en positivo que figuran en sus estadísticas ditirámbicas (concesionadas a su propia familia en un nepotismo por demás ridículo) y que a nadie convencen.
A menudo busca alianzas (en el fondo del retrete de subespeciaciones humanas) con otros politiqueros de su misma calaña que fungen de adversarios, cuando todo el mundo sabe que ese nido de ratas que llamamos “Poder Político”, ese burdel ramplón llamado “Congreso”, esa bacinica elefantiásica llamada “Poder Judicial”, sólo son vulgares circos de barrio, digestores del pensamiento fascistoide, para saquear, robar y denigrar a los humildes ciudadanos que contribuyen con sus impuestos (encubiertas extorsiones) y con su trabajo mal remunerado, sumado a leyes draconianas financiadas por las grandes patronales y los dictados del Imperialismo del país-bestia que rebuzna desde lejos. De esta forma, el político cleptócrata lleva agua para sus molinos de todas las fuentes posibles, hasta ha transado con los que alguna vez persiguieron a su familia y ha hecho las paces con un político ario y racista que juega críquet y que lo trató de “cholo”, y se ha comido el escupitajo verdoso que un multimillonario xenófobo y políticastro le lanzó en pleno rostro por no apoyarlo en la privatización de unas minas de oro de reciente explotación (y no es que el político cleptócrata se opusiera a la privatización, sino que quería entregar la mina a unos conocidos que ya le habían pagado en efectivo y con unos terrenitos, cuyes y vacas en Cieneguilla al lado de un afeminado Ministro cuya debilidad por los cachaquitos es harto conocida).
Cuando hay mítines suele pedir la palabra de forma ceremoniosa y se empina para arrojar su consabido discursillo de encantador de serpientes, su cháchara fronteriza, sus adornados trabalenguas y aforismos de salón con los que suele meterse al bolsillo a las mayorías olvidadas que nada saben de política, ni de esa trampa vomitiva e intestinal que llaman “democracia” (léase demoniocracia) y en el cual “nuestro” político nada cien metros planos estilo libre, estilo mariposa, y se desenvuelve como una delicada garza, aparentando ser el salvador, el iluminado, el que vendrá a curarnos todos los males. Y es que este político cleptócrata se sabe todas las mañas, ha hecho del embuste una profesión bastante lucrativa, y se ha granjeado el respeto de los narcotraficantes, los aristócratas y las grandes mafias de sicarios, célebres por su “trata de blancas”, negocio en el que últimamente, el político cleptócrata, tiene acciones y al que a puesto a “trabajar” a varios de sus testaferros, algunos de ellos que se la dan de culturosos y poetisos que le lustran el zapato y le lamen el trasero cuando éste, el político cleptócrata, lo requiere.

Cierto día que iba camino a su exclusivo club, del cual es socio honorario (estatus heredado de sus bisabuelos terratenientes quienes eran enganchadores de esclavos e importadores de negros y de chinos coolíes), aprovechó una movilización popular para arengar por un “país nuevo”, una “democracia de bienestar”, y que la economía iba viento en popa (una mujer se preguntó: ¿será por eso que andamos casi desnudos?) y que la flecha estadística marcaba lugares nunca soñados (“si hasta la comunidad económica europea nos ha felicitado” discurseaba hipócritamente), y mientras decía todas sus cojudeces juntas, un grupo bastante numeroso de construcción civil empezó a recoger piedras, palos, botellas y objetos contundentes; las madres de familia que cargaban ollerones vacíos e instrumentos de cocina se iban acercando sigilosamente; los profesores despedidos se sacaban las correas, sus miradas se encendían, hasta unos niños pordioseros empuñaron sus latas y resorteras con las que solían matar ratas y lagartijas. Y cuando ya estaba por terminar el huaico verbal propio de un filosofastro, todo el pueblo enardecido se le fue encima, de nada valieron los diez guardias de su seguridad de apariencia temible y reclutados en los bajos fondos de la delincuencia supina, o sea ex-policías dados de baja por corrupción (quienes también fueron linchados), ni los ocho patrulleros que custodiaban el perímetro (unas cuantas molotovs harían lo suyo) ni los gritos de perdón, auxilio o la última promesa que escaparía como una flatulencia de su boca sucia: “no lo volveré a hacer”, “no volveré a mentir”. Antes de que acabara esta última frase ya los perros callejeros se disputaban unas tripas repletas de un buffet oriental que el susodicho había ingerido ayer por la noche cuando fue supinamente (al modo de los fariseos) a la embajada de un supuesto país comunista para ayudar en la firma de unos “tratados de libre comercio” (previa prebendas compuesta por viajes, una gruesa cuenta bancaria en euros y hasta la nacionalidad si le apetecía o si tenia problemas) que destruirían inmisericordemente la incipiente industria textil de este país.
Unos jubilados que habían logrado recoger unas armas del suelo apuntaron hacia donde estaba la capital, en sus ojos se podía ver el brillo lustroso de Atusparia y Uchu Pedro. Nunca más volverían a ser engañados. “Abajo los políticos cleptócratas” fue el grito iniciado por un profesor de primaria que, sin pensarlo, se convirtió en el líder de una revuelta que recorrió en pocos días, como reguero de pólvora, a todo el país.

(esta historia continuará)


Arriba: conocido personaje cleptocrático, "Mayor Quimby", del dibujo para acondroplásicos mentales y turiferarios, los Simpsons.

martes, 8 de julio de 2008

"PARO NACIONAL"



A pocas horas del "Paro Nacional", convocado por centrales obreras y campesinas, se respira un ambiente tenso; para "apaciguar" los ánimos el ejército ya salió a las calles (dizque que para "resguardar" los locales públicos; si serán imbéciles estos señores, acaso no se han dado cuenta que es la "vida" lo más importante y no las construcciones de cemento). Aquí les dejo un spot (no escuchado) que reclama justicia a los acondroplásicos mentales del gobierno (escucharán alguna vez, o se harán los oídos sordos). No todo es teoría (ya quisieran algunos). Nos vemos en el paro.

lunes, 7 de julio de 2008

"LA CREACIÓN Y LA POLÍTICA" UN ARTÍCULO DE RAFAEL INOCENTE



El novelista Rafael Inocente me envía este artículo en apoyo a lo vertido por mi persona en los últimos posts. Quiero resaltar que no comparto todo lo dicho por Rafael, creo que es por razones de formación, ya que el novelista ejerce, además, labor científica; entonces los conceptos tienden a encontrar parapeto en funciones naturalistas {Darwin-Lamarck; este último por cierto, organizó a los seres vivos en tres grandes grupos que, me parecen, exceden la formación ósea y puede explicarse en el desarrollo mental en la actualidad (o lo que yo denomino acondroplasía mental): aquellos dotados de irritabilidad que el denomina "invertebrados inferiores", aquellos que poseen además el «sentimiento interior» (invertebrados superiores) y aquellos que revelan inteligencia y voluntad (vertebrados)}.
En mi caso siempre trato de acercarme (con dificultad matemática, sobre todo cuando se trata de "circuitos eléctricos" y esa vaina de las resistencias y condensadores que fungen de red cerebral)a una visión holística que no excluye la biología.
Les dejo el artículo, sin corrección alguna, nos vemos en la zona de comentarios.


"LA CREACIÓN Y LA POLÍTICA"

«Me parece que hay la necesidad de una gran cólera y de un terrible impulso destructor de todo lo que existe en estos lugares. Hay que destruir y destruirse a sí mismo. Eso no puede continuar; no debe continuar. Puesto que no hay hombres dirigentes con quiénes contar, necesario es, por lo menos, unirse en un apretado haz de gentes heridas e indignadas y reventar, haciendo trizas todo cuanto nos rodea o está a nuestro alcance. Y, sobre todo: hay que destruirse a sí mismo y, después lo demás. Sin el sacrificio previo de uno mismo, no hay salud posible».

Carta de César Vallejo a Pablo Abril de Vivero, fechada el 18 de abril de 1928

Respecto a los polémicos artículos de Rodolfo Ybarra, a saber, Cuestión de Orden, Critikus Cirkus, La Poetisa Ridícula y El Intelectualoide en estado de reposo, tengo aquí algunos alcances que espero aporten al debate y aderecen el guiso.

Una constante en dichos artículos es la pregunta no formulada que gira en torno a la decisión sobre la forma en que el artista —llámese escritor, pintor o escultor— toma acerca de su propia emancipación. Esta decisión del artista está ligada y antecedida por el grado de conciencia, responsabilidad y cuestionamiento que el artista posea respecto a su medio. Querámoslo o no, la forma en que el artista decide convertirse en su escritura u obra es una decisión que no deja de ser ni una pizca, una decisión política.

En los tiempos asesinos que vivimos, ahora que la acumulación progresiva, deliberada y perversa de la ganancia se ha tergiversado tras los discursos socialdemócratas y liberales, ahora que ese excedente de la explotación hacia los no poseedores de los medios de producción por los dueños de estos medios se baraja de su origen enajenante porque permite “mas que sea” comprarte un carrito sanguchero, ¿Cómo se refleja esa pugna en el laboratorio creativo de los artistas? La post-modernidad ha intentado negar la lucha de clases y la existencia de la plusvalía, pero esa sociedad biclasista (con sus respectivos matices) en donde una minoría dominante construye mecanismos cada vez más sutiles de control y dominación social para mantener al rebaño adormecido y asegurar así la reproducción ad infinitum del capital, remarcando la idea de tiempo de trabajo como tiempo efectivo de control social, esa sociedad en la que cada vez es más peligroso tener ratos libres y en donde el poco tiempo “ocioso” es malversado por formas prostituidas de arte, esa sociedad, ¿podrá generar artistas genuinos? Esa enajenación del trabajo del que no posee medios de producción, ¿cómo se traduce en el campo del arte? Alguien dijo alguna vez que había épocas en la historia de la humanidad en las que un panfleto contundente resultaba mil veces más valioso que un farragoso novelón de mil páginas que sólo leían unos cuantos iluminati. Alguien dijo también que si el arte era genuinamente rebelde, aquello afloraba, fluía como agua de puquio a través de la obra, sin necesidad de adjetivos, discursos ni poses asumidas. Entonces, repetimos la pregunta, ¿cómo se traduce en el campo del arte la enajenación del individuo por el capital? Ensayemos una respuesta. Podría traducirse mediante el sometimiento de la obra, consciente o inconscientemente, a los designios del mercado, la obra de arte convertida en un artefacto útil sólo para hacer girar la rueda de la oferta y la demanda. Pues, ¿qué si no son la poetisa ridícula, el intelectual cansado y el crítico circense, si no especimenes prostituidos por las leyes de un mercado al que quieren acceder aún a costa de sus propias almas?

Este no es un debate nuevo. Hace por lo menos cien años se discute sobre la función del arte, lo que ha generado resistencias que han devenido en la teoría del arte por el arte (casi una teología del arte) y la radicalización posterior que derivó en un rechazo absoluto de cualquier función social y de toda determinación que se diera a través de un contenido objetivo, activo y político del arte (recordar el financiamiento de la CIA a escritores, intelectuales y vanguardias de centro y extrema izquierda en la primera mitad del siglo pasado).

En la actualidad no es diferente. ¿Cuántos intercambian consciente o inconscientemente la crítica al modelo económico, social y político por prebendas, cócteles, eventos, viajes, becas, membresías, entrevistas, cuando no dinero contante y sonante? El mercado, aquella diosa ebria y sedienta de carne di ragazzini, ha logrado hoy integrar formas de crítica que la resisten así como crear espacios adecuados para el desarrollo de “escritores disidentes” (premios y concursos amañados con ganador elegido un año antes por un jurado asalariado), y por otra parte, el Estado utilizado convenientemente por los gobiernos de turno financia y promueve aparatos ideológicos que permiten la simulación de la democracia integrando la crítica oficial complaciente del modelo económico por medio de la creación de una rimbombante y hueca cultura oficial.

Más allá de las coincidencias o disidencias entre nuestros pareceres, Rodolfo Ybarra ha llegado a un punto extremo en la radicalización de su intención y su praxis de vida, en su crítica a los valores oficiales de la existencia, el arte y el establecimiento burgueses y si algún desliz tuvo en su edad de piedra, que de haberlos hailos, quien esté libre de culpa que tire la primera piedra.

Este paso al costado que Ybarra y su escritura poética acometen, probablemente lo marginen aún más (de seguro a complacencia suya) y lo condenen al ostracismo literario. Pero este gesto del poeta, este “desenmascaramiento del autor” que ha ejecutado con sus últimos artículos, demostrando de manera ineludible que el artista es también responsable de un orden social y no es de forma alguna un alienado de su entorno, digo, este gesto es ya de por sí valiente e insólito en un medio preñado de cabilderos, cobardes e ignorantes en grado sumo. “Escribir” como un acto que desliga de todo tipo de responsabilidad a quien lo hace, “escribir” como un acto en el que no hay un nexo de responsabilidad del escritor con la obra que brotó de sus entrañas,”escribir” como quien acude al inodoro, escribir así entonces deja de ser una actividad que conlleve una responsabilidad y pasa a ser una actividad fútil propia de indolentes o borrachines ansiosos de protagonismo.

¿Cuál sería entonces el sentido de escribir bajo las actuales condiciones históricas, políticas y económicas de producción, ahora que se anulan de una patada en el poto las culturas nacionales ante la globoidiotización o ahora que el nacionalismo liberal que infesta las repúblicas sudamericanas vende la ilusión del progreso a los incautos?

Me disgustan las respuestas precisas, tipo examen de admisión. Lo que se es que la escritura poética y en general la obra de arte, no debiera convertirse en lerdas ambiciones y volverse un folletín farandulero para aparecer en las páginas de sociales de El Comercio. Ya el mismo Vallejo afirmó en alguna ocasión que “el tipo perfecto del intelectual revolucionario, es el del hombre que lucha escribiendo y militando, simultáneamente”. Un viejo amigo, escritor polémico y muy querido, me dijo alguna vez que una obra de arte debería escribirse sin pensar más que en contar una buena historia, pero con honestidad absoluta, si se hacía eso, la permanencia de la obra y el deseo de esclarecer —que no sólo divertir— al lector aunque sea por unas horas de la miseria cultural en la que ha sido sumido por líderes inescrupulosos, estaban garantizadas, pues aquella obra de arte justificaba tus días sobre esta tierra. Ahora vemos jóvenes autores que se desgañitan en la publicidad de sí mismos, jóvenes poetas y escritores que se agotan en una carrera de cien metros para la obtención de premios, becas y publicaciones aligeradas que exigen resultados inmediatos que se traducen rápidamente en éxitos a corto plazo otorgados por la necedad y la ignorancia públicas cuando no por intereses creados de grupos editoriales y el sacrosanto mercado.

En contra de lo que profetiza dogmáticamente el discurso de la crítica reactiva y academicista y en contra de los escritores chupamedias, anarquizantes (que no anarquistas), francotiradores y esos sí, marginados, en el sentido de que la posición política esclarecida y militante mutila la capacidad creativa, ya lo demostró Vallejo que tanto la práctica como la teoría revolucionarias fortalecen las facultades creativas cuando se trata de un genuino creador de honesta, firme y constante vocación popular.

Si estos artículos de Rodolfo Ybarra han servido para que ciertos escritores y aspirantes a serlo encuentren una inspiración o una salida para todas las coacciones que imponen quienes actúan con fines elitistas, creo que el esfuerzo está justificado. Si estos lectores plasman luego en sus creaciones una posición política de resistencia y cambio reflejada en crítica y rechazo de un modelo económico fundado en la explotación, el consumo, el endeudamiento y el irrespeto a la Madre Tierra, un modelo que somete a los individuos y hiere sus corazones de muerte, estos artículos de Rodolfo están más que justificados.


Rafael Inocente