lunes, 24 de noviembre de 2008

"SAMPIETRI" GRAVE



Hace unos días me enteré que Julio Fairlie Silva (creador de esa famosa caricatura del vivaz “Sampietri”) se encontraba grave en el hospital Rebagliati (piso 10, cama 1073), donde dos amigos historietistas, Carlos Gonzáles y Juan Carlos Silva, haciendo los esfuerzos necesarios, habían logrado traerlo desde Punta Negra.
En este país de ganapanes, mendigos y oligarcas de avignon (por no decir otros epítetos de mal gusto) se mueren los artistas en la total orfandad sin que nadie haga algo. Dónde están las autoridades, en dónde las aseguradoras médicas (esas que dan seguro, previa “pruebas de esfuerzo”, solo a los sanos, a los que no fuman ni comen grasa y montan bicicleta estacionaria), dónde quedan los años de servicio a una sociedad que en vez de velar por sus “aportantes” (a ver si entienden con este término “tributario”) lo que hace es darle la espalda ante la anuencia del resto (no nos olvidemos que hay “pecado” expreso y “pecado” por omisión). Es vergonzoso, también, la mirada de esos que dicen que aman los cómics, esos bloggers que están al tanto de las estupideces de seudoartistoides y escandeletes propios de fronterizos y mequetrefes con ansias de fama; sin embargo, no dicen nada de Sampietri y callan alevosamente, justificando el desprecio de la sociedad pacata con sus verdaderos artistas. Pero, estos señores, no callarán ante la historia, de eso estamos seguros.
Aquí una semblanza, “El Flaco Fairlie”, escrita por Alberto Mosquera Moquillaza

Conocí a Julio Fairlie, alias El flaco, en los sesentaitantos. Ya era una leyenda del periodismo, del nuevo periodismo que había surgido en el tercer piso de la calle Baquíjano 745, en el jirón de la Unión, donde se editaba el diario Última Hora, uno de cuyos puntales era justamente el creador de Sampietri. Dicho tabloide, de la mano de Raúl Villarán, Efraín Ruiz Caro, Lucho Loli, Lucho Curié, entre otros otros jóvenes estudiantes y bohemios, había revolucionado el diarismo nacional, al adoptar una nueva manera de relacionarse con sus lectores: la priori-zación de las crónicas policiales y deportivas y el uso del habla popular en sus llamativos titulares. El flaco había puesto lo suyo en lo que era su salsa: la histo-rieta y el humor. Sampietri fue su creación heroíca, y con este personaje, que reflejaba el modo de vida del limeño vago, mujeriego y pendenciero, Fairlie le ganó el vivo a otros perió-dicos, que al igual que Última Hora antes de Sampietri, sólo publicaban historietas de origen extranjero. Con Serrucho, de David Málaga, Boquellanta, de Hernán Bartra, Chabuca, de Luis Baltazar, y más tarde Angelitos, de Víctor Escalante, se redondearía el pool de artistas de la historieta, que ponían las tiras de un humor que nacía en la propia idiosincrasia popular, de ahí su gran éxito.Fairlie ya era una leyenda cuando lo conocí - siempre flaco y desgarbado- en medio del tráfago noticioso de todos los días. Contra lo que pueda suponerse nada de lo que se decía había cambiado la simpleza de su manera de ser. Hombre de mil oficios siempre, tenía algo que contar y de lo cual reirse, como ahora, en que a pesar de estar hospitalizado ha tenido la sufi-ciente vena para volver a coger el lápiz, recrear su personaje preferido: Sampietri, ahora ya canoso - como lo advierte bien Justo Linares- y mandarnos un mensaje: ¡VIVOO! Estoy vivito y coleando!En el hospital Rebagliati, piso 10, cama 1073, el flaco vive ahora una gran batalla por su salud. Sus colegas y amigos se movilizaron para internarlo. Y ahora se mueven para que la subasta de originales de la historieta peruana, en solidaridad con el artista, sea un gran éxito. Ésta se realizará el jueves 4 de diciembre a las 7.30 pm en el Chifa Wa Lok de Miraflores; mientras que 2 días antes, en la Casa Mariátegui (Washington 1946, Cercado de Lima) se inaugurará la exposición de las historietas del flaco, por sus 60 años de dedicación al arte de la creación de historietas peruanas. No faltemos a estas citas.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, amigo, ibarra, la historia barrerá de un plumazo a ese reaccionario de Faverón, tal y como está haciendo Ud. con él. Saludos pucalpinos.

Omar G.

Anónimo dijo...

Carajo, Ybarra, tu blog quema como la p.m. y encima lo paras zamaqueando al pobre Gustavo Faveron, bien por eso.

G. Rimachi

Anónimo dijo...

Faverón = Ybarrón, nadie cree en esa ecuación, no, qué va!

víctor