jueves, 7 de junio de 2012

"Cancha abierta para el poder mediático: cancelan programa Radikales Libres en Canal Once", envío de Rafael Inocente




En el Perú todo está de cabeza. Asegurada estructuralmente la dominación económica con la intangibilidad del programa neoliberal, traicionadas las promesas a un pueblo que creyó ilusamente en el cambio, la dominación mediática consolida la otra dominación, recordando al consumidor-receptor pasivo la manera correcta de “pensar” y actuar. Fuera de los medios electrónicos que aún no son presionados, intervenidos o cooptados, sólo dos o tres medios de comunicación medianamente masivos sobrevivían al aleve primer año del “nacionalismo”. El fin de semana pasado, en una decisión sin atenuantes, el dueño de RBC-Canal Once de Televisión, Ricardo Belmont, canceló el programa “Radikales Libres” conducido por el periodista Alexandro Saco, articulista además del diario La Primera y de Rebelión, reconocido medio alternativo internacional.

Alexandro Saco es un joven periodista peruano de indoblegables convicciones democráticas, opuesto a la política neoliberal marinada en corrupción, impuesta en el Perú desde hace veinte años. Saco conducía diariamente a las diez de la noche quizá el único programa político digno de la televisión peruana (esa que ha sido capturada por la ultraliberal Sociedad Peruana de Radio y Televisión y que apila en un solo mojón a los canales 2, 4, 5 y 9), un programa honesto y sin ningún soporte publicitario, capaz de enfrentarse a los cancerberos del poder mediático y lograr una audiencia plausible y sostenida.

Radikales Libres se constituyó en la voz disidente en el concierto de estupideces de la televisión peruana y en una real alternativa de información para quienes no comulgamos con la ideología transmitida por los sicalípticos noticieros peruanos y fue alternativa a las muecas de los mariáteguis, chichis, deltas, lucar, canchayas, chinchas, vargas y cisneros (ella y él), operadores que por unos cuantos dólares han convertido al periodismo lorcho en una cloaca infecta y repulsiva. Estos reporteros tratan al receptor colectivo, el pueblo peruano, como ente pasivo y cretino, deformando los contenidos de nuestra compleja realidad, simplificándolos para adaptarlos a un tipo de público de instrucción inferior o inexistente, homogenizando a las masas para hacerlas más serviles y funcionales a un sistema perverso.

Con la asunción del nuevo gobierno se esperaba un cambio en la programación neoliberal de las televisoras de señal abierta, pero ha ocurrido todo lo contrario. La televisión peruana sigue preñada de puterío y mariconada soez. Peloteros, cocineros, bataclanas y violadores se han convertido por obra y gracia de la Sociedad Peruana de Radio y Televisión, en la voz de la conciencia del pueblo peruano. Todo aquél que intente hacer algo diferente es condenado al linchamiento mediático y si no, al ostracismo y al silencio. Lo saben bien Saco y Wiener.

Alexandro Saco había armado un equipo de trabajo valiente y honesto, integrado por el reconocido periodista de investigación Raúl Wiener y los jóvenes periodistas, Paul Maquet y Laura Arroyo. Como se recuerda, Saco condujo el programa “Yo Acuso”, días antes de la segunda vuelta electoral el año 2011, cuyo ganador fue Ollanta Humala. En “Yo acuso”, Saco analizó diariamente la desastrosa situación en que dejaba al país el fujiaprismo neoliberal y muchos consideramos que jugó un papel fundamental para inclinar la decisión de voto en las aglomeradas zonas urbanas.

En “Radikales Libres”, Saco y su equipo se distinguieron por tratar con objetividad temas de interés nacional y por recordarle cada noche al Presidente Ollanta Humala sus promesas traicionadas. Temas de interés nacional como la impune actividad minera, la sobrepesca industrial y sus consecuencias nefastas, la influencia del poder mediático a través del monopolio de los medios de comunicación, los conflictos socio-ambientales que actualmente inflaman al país, el caos del transporte público, la debacle de la educación peruana, asuntos de política internacional, en fin. Un programa como no se veía en años en la televisión nacional, ha sido cancelado inexplicablemente de la noche a la mañana.

En su lugar, un compungido Ricardo Belmont se dirige cada noche al público en un monólogo intitulado “Nuestra última batalla”. Respetaba a Belmont por su lucha desde que se enfrentó al delincuente Kenya Fujimori cuando fue alcalde de Lima. Me parece un burgués decente, aturdido casi siempre por un ego superlativo, lo que le lleva a decisiones erradas como contratar al aprofujimorista Alfonso Morey y a Miguel del Castillo, hijo de Jorgito. Es por ello que la decisión de cancelar “Radikales Libres” no me sorprende grandemente. Después de todo la posición de clase la que los arrebaña. Me resulta sí, injusta e irrespetuosa para el gran público que seguía el programa, salvo que Belmont crea en las mediciones de rating de Ibope Time. Espero que de aquí a unos días no veamos a Canal Once atosigado por una publicidad estatal que desde el saque no debería existir. Ese sería el indicador de la vergüenza, la evidencia meridiana del canje de un programa que se mantuvo heroicamente sin soporte publicitario, fiel a sus principios y cada día más incómodo a los que se presentaron como salvadores de la patria y que resultaron ser iscariotes de un pueblo que ya se hartó de vivir de esperanzas y promesas traicionadas.

PD: Canal Once es un canal denominado por las empresas de medición de rating, como un canal de antena fría, es decir de poca audiencia. Total mentira, como lo demostraron diariamente por lo menos dos programas de Canal Once: Habla el Pueblo y Radikales Libres. El Estado peruano ha otorgado millones de dólares en publicidad estatal a un pequeño grupo de medios de comunicación coludidos con el aprofujimontesinismo. Con el gobierno de Ollanta Humala, Canal Once sigue excluido ilegalmente de una publicidad estatal inútil.









2 comentarios:

Anónimo dijo...

Valiente y esclarecedora denuncia del escritor R/I.

Anónimo dijo...

Belmont se vendió, a la vejez, al Traidor.

Por un puchito de propagandas en su canal, canjeó el valiente programa político y de análisis de la realidad RADIKALES LIBRES.

Dicen que quien ha realizado el trabajo sucio es el fujimontesinista Alfonso Morey.

P.T.K.