lunes, 28 de enero de 2013

'LA CAZA DEL TIGRE', ENVÍO DE RAFAEL INOCENTE



En el Perú se lavan activos del narcotráfico hasta por 7000 millones de dólares anuales y no pasa nada

LA CAZA DEL TIGRE

Novela

Miguel Arca Patiño

Por Rafael Inocente

Después de veinte años y cuando nada hacía presagiar su retorno, un fantasma vuelve a la vida de Nicolás Pazos.Pazos es un economista limeño que desprecia la vida muelle y ordinaria de la ciudad. Graduado en una de las universidades más prestigiosas del país,el Tigre Pazos prefiere mil veces trabajar al aire libre, cabalgar en su moto, trepar cerros a pie, contender con la naturaleza pero no precisamente para doblegarla. 
Es el año 2000 y Nicolás Pazos tiene 49 años. Es un hombre de acción que mide 1.78m y pesa 78 kilos. Ha retornado a la selva peruana, a Tingo María, para trabajar en un proyecto de control de erosión para torres de alta tensión.  Aunque echa de menos a “La Serpiente de Oro” (la canoa de maderaen la cual surcara otrora los ríos y meandros  de la selva de Madre de Dios), al Adventurer I (el zodiac que utilizaba como liebre), al MartoBrewer Explora Comando de 17 cm de puro acero inoxidable cromado en negro, Nick Pazos ha cambiado poco.Ya no cuenta con los valiosos objetos mencionados que le acompañaron hace veinte años cuando navegó los rápidos del Urubamba, llegando a la selva boliviana y a los pueblos brasileños limítrofes (negociando productos de pan llevar, cerveza, gasolina, armas de diferente tipo, artefactos eléctricos y chucherías varias), pero la madera de la que está hecho no ha variado y sigue siendo esencialmente el mismo tipo, pues como decía Fromm “si yosoy lo que tengo, y si lo que tengo se  pierde, entonces, ¿quién soy? Nadie, sino un testimonio frustrado, contradictorio, patético, de una falsa manera de vivir”.  Nick sigue siendo el mismo tipo campechano,  tal vez algo pintoresco,pero un hombre de bien a fin de cuentas, que no abusa de nadie pero tampoco se deja abusar.  Pazos es a sus 49 años, por decirlo de alguna manera, un marinero en tierra,  guarecido en sus cuarteles de invierno, del que sale para trabajar y obtener el sustento para su familia, como ahora en que lo encontramos en plena selva amazónica peruana, en la provincia de Tingo María, en el departamento de Huánuco.
En estas circunstancias un fantasma del pasado regresa al Perú en busca de venganza.  Ese fantasma tiene nombre propio.  Se llama Patrick Depardieu y es un multimillonario francés dueño de EPROTSA (Empresa de Productos Tropicales de la Selva Amazónica), pantalla para operaciones ilícitas de los más poderosos cárteles de la droga del planeta.Depardieu ha plantado su centro de operaciones en el Perú y tiene oficinas en las principales ciudades del país.  Un búnker amurallado a prueba de ruidos ubicado en Chacarilla del Estanque es su cuartel de operaciones.  Pero Depardieu es solo la cabeza visible de una mafia multinacional, que el autor identifica como la NWE (Narco WorldExport), un cártel norteamericano con sede en Texas y oficinas centrales en New York, regentado principalmente por judíos.  La NWE tiene hombres clave sembrados en las principales instituciones internacionales (ONU, BM, FMI, BID, UE, OMT, FAO, UNESCO, El Vaticano, etc.) y aparte de controlar el negocio de la droga se ocupa de mantener los dineros ilícitos “lavaditos y planchaditos listos para ser usados en la economía limpia”.  Según Arca, quien a la manera de un MilanKundera se da licencia para insertar entre capítulos breves ensayículos, es tan grande el poder de la NWE que son “dueños de países de séptimo orden económico como Colombia (…) y octavo, como Perú (…)”… todo esto lo demostraba “el hecho de que en casi 40 años se habían apoderado del país” (…) en el sentido de que “controlaban su economía, su gente importante en los puestos importantes”, incluso se dan el lujo de crear y financiar grupos alzados en armas, como cuando a los “colombianos que se rebelaron (…) los cambiaron por los mexicanos. (…)” O cuando (…) “cambiaron a Sendero Luminoso por el Ejército y la Marina (…) para controlar la parte parapolicial del negocio”.
Hace pocos días (22 enero 2013), la Procuradora Antidrogas peruana Sonia Medina, divulgó en medios públicos que en el Perú se lavan activos provenientes del narcotráfico hasta por 7000 millones de dólares al año,  de acuerdo a cálculos realizados por las Naciones Unidas. Lo más increíble de esta denuncia realizada por un alto funcionario público es que la gran mayoría de casos son absueltos (Montesinos, Sánchez Paredes, Valdéz, Cataño, etc.) y caen en saco rotodespués de dilatados procesos e investigaciones.  Los principales rubros para blanquear dinero sucio en el Perú, de acuerdo a la misma Procuradora Antidrogas Sonia Medina, lo constituyen los pujantes sectores inmobiliario, farmacéutico, gastronómico, cadenas de grifos, entre otros.  Una situación aterradora que en cualquier otro lugar civilizado del planeta causaría tal pánico financiero que la economía ficticia del país se desplomaría estrepitosamente.
Pues bien, Miguel Arca Patiño con “La Caza de Tigre” se atreve a ponerle el cascabel al gato.
Corren los años ochenta en la selva peruana.  En Madre de Dios, la minería artesanal del oro cobra sus primeras víctimas, destroza la Amazonía, conjuntamente con la fiebre del oro blanco, que se apodera de la conciencia de los hombres. En tanto, al otro lado del mundo, un tal Patrick Depardieu, malvive en un sótano oscuro y húmedo, rodeado de zancudos, en los suburbios de París.  En medio de su miseria es tentado por un gringo, George Clayton,  para ingresar a las “grandes ligas”, pero para ello es necesario que invierta por lo menos medio millón de dólares, una suma inalcanzable para un atorrante (los hijos de A. Torrans, malvivientes que sobreviven en las tuberías de desagüe), un ratero de poca monta, como es Patrick Depardieu.  
Clayton le da la solución.  Hay un lugar en el mundo, le dice, llamado Perú.  En la selva de aquél país, bajando de las sierras del Cusco, hay una fiebre del oro.  Oro por montones. Botado. El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro, le anima, haciendo suyas las palabras de Raymondi.Depardieu es un ignorante que nunca ha escuchado hablar del Perú ni del Imperio de los Incas ni del Cusco, menos aún de la Amazonía Peruana. Clayton le proporciona planos, cartas, mapas.  Quien compra el oro en la selva del Perú es un banco del Estado, le dice, el Banco Minero, son por lo menos 200 kilos mensuales.  Hay mucho dinero y poca policía, esos lugares son corruptos, le susurra cómplice. Entras como turista al Cusco, bajas a la selva, alquilas un deslizador, consigues guías y motoristas nativos, y listo, será como quitarle un caramelo a un niño.  Luego de darle la logística necesaria, la ruta de escape (que pasaba por Bolivia y llegaba hasta Manaos, en Brasil), el gringo Clayton tiene la certeza que el francés ambicioso dará el paso que le permitirá ingresar al más lucrativo negocio que ha conocido la humanidad. A los pocos días, tres franceses cogen vuelo directo hacia el Cusco: Patrick Depardieu, Pierre Laroche (un mastodóntico guardaespaldas) y Marie-Claire Saint-Germain, una desdichada y hermosa parisina de extracción proletaria cooptada por Depardieu.
En este trance es cuando se trenzan las vidas de Nicolás Pazos y Patrick Depardieu.  Después de emborrachar a la población hasta el vómito y con la complicidad del Dr. Manteca (un oscuro tinterillo de provincia, epítome del jurisconsulto peruano),  asaltan el Banco Minero. Los franceses huyen a toda prisa a través del Río Madre de Dios, pero en su escape se cruzan en el río a bordo de los veloces deslizadores:Depardieu huyendo del lugar del crimen y Pazos dirigiéndose hacia el perdido poblado amazónico en donde se ubica el Banco Minero con el saldo de dos muertos y ochenta kilos de oro robados.  Aquí se inicia una persecución cinematográfica que llevará a Pazos a través de la selva amazónica de tres países (Perú, Bolivia y  Brasil) y, en un rapto de locura y fidelidad, Pazos cruzará el Atlántico hasta recalar en el propio París, tras las huellas del ladrón y asesino Patrick Depardieu.
¿Pero por qué le importa a Nick Pazos atrapar a los ladrones del Banco Minero? ¿Es por los ochenta kilos de oro avaluados en por lo menos dos millones de dólares?  Pazos no es un tipo ventral.  Concebido a la manera del héroe romántico (en el sentido de creer en lo imposible), a Pazos lo que menos le interesa es el  oro. El administrador del Banco Minero, un ingenuo ingeniero y su esposa, han sido fieles amigos suyos. Y si un valor respeta Nick Pazos ese es el de la amistad. Más aún el de la gente sencilla. Aunque no logra recuperar todo lo robado y tampoco puede capturar al asesinoDepardieu, Pazos lo obliga a escapar como a una rata por mediomundo y logra ponerlo en ridículo ante Marie-Claire, su hermosa novia, inocente de los crímenes que comete Depardieu. Y aquí es donde se trenza nuevamente la novela, porque después de veinte años, con la Bestia regresa la Bella.  Porque además, “La Caza del Tigre” es la historia de un amor inconcluso y que encuentra en el sacrificio de Marie-Claire un epílogo fatal, símbolo del amor incondicional: dar la vida por quien se ama.
Son varios los escritores peruanos fascinados con la selva amazónica.  Desde la épica de “La Serpiente de Oro” de Ciro Alegría y el redondo libro de cuentos “El Arco y la Flecha” de Luis Urteaga Cabrera, pasando por un joven Mario Vargas Llosa con “El Hablador” y “La Casa Verde”, hasta los escritores loretanos que con tanto acierto recrean fabulosas historias cuyo telón de fondo es la inconmensurable Amazonía peruana, en novelas como “La Guerra del Sargento Ballesteros” de Jaime Vásquez Izquierdo y “Hostal Amor” de Cayo Vásquez.  “La Caza del Tigre” presenta el caleidoscopio amazónico  bajo la mirada de un hombre libre que no le teme a la jungla, si no que, a la manera de los balseros del Marañón, se zambulle y se hace uno con ella.
“La Caza del Tigre”, la he leído en manuscrito proporcionado generosamente por el propio autor. Ha conseguido mantenerme en vilo  de principio a fin.  Concebida episódicamente y abundante en raccontosemocionalesy flashbacks, ha sido escrita con una economía de lenguaje heredera de la concisión de la narrativa anglosajona.  El argumento de esta excelente novela no se circunscribe dentro de las coordenadas de la típica narrativa última que se regodea en historias de artistas incomprendidos, bombarderos de papel, poetas borrachines, escritores onanistas y mujeres insatisfechas.  Ésta es la historia de un hombre de acción enfrentado a un sistema que aniquila al individuo hasta reducirlo a piñón descartable de la Máquina Monstruosa. 
Miguel Arca nos remite con su historia a la vieja dicotomía entre el bien y el mal y conceptos como la justicia, el honor,  la felicidad e incluso un anti-valor, según los bienpensantes, como la venganza, toman cuerpo en la novela, retratando una sociedad en la cual las leyes sirven de papel higiénico y justifican el robo, el asesinato y la expoliación de un pueblo que va a las urnas cada cinco años a elegir a su nuevo vampiro.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Se le extrañaba a Inocente (por más que solamente haya hecho una pequeña reseña)! una lástima que no tenga una participación más constante en medios como éstos! La verdad que pocos intelectuales peruanos son tan acertados para analizar la realidad socio-cultural peruana como lo hace él. La corrección política es una lacra!

Carlos

Anónimo dijo...

Suena muy interesante el argumento.
¿Qué editorial la ha publicado? Dónde la consigo'

M. T. K.

Anónimo dijo...

La novela ya está en las calles?

El argumento parece de una película. El protagonista parecería un super héroe o algo as í.

René O.

Anónimo dijo...

Bonjour, j'adore votre blog rodolfoybarra.blogspot.ru. Yat-il quelque chose que je peux faire pour recevoir les mises à jour, comme un abonnement ou quelque chose? Je suis désolé je ne suis pas familiariser avec RSS?